Miedo, el miedo que ata, que retiene la libertad, que limita la imaginación, desvirtúa el devenir y enloquece en el ahora. Esperanza. La esperanza de vivir, la esperanza de la mejoría, del desarrollo, de potenciar nuestro presente para exaltar nuestro futuro.
Dos actitudes, dos sentimientos, en definitiva, dos activos para el ser humano, tanto para sí como para el prójimo. Lo que más mueve al ser humano, miedo y esperanza, siempre mejor guiarse por la esperanza. Y desde hace algunos años, tiene representación parlamentaria un grupo que con esperanza a muchos alientan y estos con sus votos se la muestran. Un partido que con nada empezó pero que alto la voz alzó. Aunque es cierto que a día de hoy no vencen, es una realidad que ya a muchos convencen. Un partido que, desde su inicial andadura por tierras andaluzas, han ido sembrando. Unos lo denominan reconquista, otros hacen alusión a ello como el peor de los males y otros como el impedimento a la aparente fórmula mágica: “voto útil”.
Lo cierto es que tiempo hace desde que se plantó la primera semilla en el hasta entonces rojizo sur andaluz. Desde entonces existe un pronóstico meteorológico en España cuyo margen de error parece ser efímero, cuya desviación típica es escasa y cuya probabilidad de acierto cada vez más roza la de uno. Una ola de calor verde ha comenzado a barrer desde el sur la península, esperándose un aumento de los brotes verdes en los próximos meses. El agricultor siempre con afán va sembrando. En ocasiones cae en terrenos pedregosos y seca, otras veces la semilla se asienta entre cardos; pero cuando cae en tierra fértil. Cuando caen en tierra fértil, la experiencia nos muestra que no hay hoz ni martillo que las consiga cortar ni aplastar.
Los motivos son diversos, pero permítanme resaltar el principal para esta ola de calor verde. “Si nos quitamos el miedo de que nos digan facha, el de la derecha, el radical, el extremo. Empezamos a decir no. No soy extremista, soy el que defiende la familia, no soy el ultraderecha, soy el que defiende la unidad de España. No soy un tío raro, defiendo la ganadería, defiendo la carne, defiendo la agricultura. Defiendo mi modo de vida, defiendo mi pueblo y eso no tiene nada de raro, eso es lo normal”.
Iniciaba así el señor Iván Espinosa de los Monteros su discurso de esta semana en Castilla y León. Un partido que no solo incentiva, ensalza y alienta la esperanza, sino que además se pone de cara contra el miedo e incita a no guiarse por él; señores y señoras, puede que cuatro millones vayan a ser pocos.
Siembran y siembran y vuelven a sembrar. Han aparecido brotes verdes en Madrid, en Andalucía, en Murcia, en el País Vasco, incluso en Cataluña. Veremos si Castilla y León presenta buena cosecha, pero desde luego, este partido tiene claro lo que hacer: SIEMBRA.
Estimado lector, en la madrugada del 14 de febrero nos volveremos a ver sobre tierras castellanas. ¿Habrán sembrado?
«Aunque es cierto que a día de hoy no vencen, es una realidad que ya a muchos convencen»
AGA – Brotes verdes – 28 de enero de 2022
Dos actitudes, dos sentimientos, en definitiva, dos activos para el ser humano, tanto para sí como para el prójimo. Lo que más mueve al ser humano, miedo y esperanza, siempre mejor guiarse por la esperanza. Y desde hace algunos años, tiene representación parlamentaria un grupo que con esperanza a muchos alientan y estos con sus votos se la muestran. Un partido que con nada empezó pero que alto la voz alzó. Aunque es cierto que a día de hoy no vencen, es una realidad que ya a muchos convencen. Un partido que, desde su inicial andadura por tierras andaluzas, han ido sembrando. Unos lo denominan reconquista, otros hacen alusión a ello como el peor de los males y otros como el impedimento a la aparente fórmula mágica: “voto útil”.
Lo cierto es que tiempo hace desde que se plantó la primera semilla en el hasta entonces rojizo sur andaluz. Desde entonces existe un pronóstico meteorológico en España cuyo margen de error parece ser efímero, cuya desviación típica es escasa y cuya probabilidad de acierto cada vez más roza la de uno. Una ola de calor verde ha comenzado a barrer desde el sur la península, esperándose un aumento de los brotes verdes en los próximos meses. El agricultor siempre con afán va sembrando. En ocasiones cae en terrenos pedregosos y seca, otras veces la semilla se asienta entre cardos; pero cuando cae en tierra fértil. Cuando caen en tierra fértil, la experiencia nos muestra que no hay hoz ni martillo que las consiga cortar ni aplastar.
Los motivos son diversos, pero permítanme resaltar el principal para esta ola de calor verde.
“Si nos quitamos el miedo de que nos digan facha, el de la derecha, el radical, el extremo. Empezamos a decir no. No soy extremista, soy el que defiende la familia, no soy el ultraderecha, soy el que defiende la unidad de España. No soy un tío raro, defiendo la ganadería, defiendo la carne, defiendo la agricultura. Defiendo mi modo de vida, defiendo mi pueblo y eso no tiene nada de raro, eso es lo normal”.
Iniciaba así el señor Iván Espinosa de los Monteros su discurso de esta semana en Castilla y León. Un partido que no solo incentiva, ensalza y alienta la esperanza, sino que además se pone de cara contra el miedo e incita a no guiarse por él; señores y señoras, puede que cuatro millones vayan a ser pocos.
Siembran y siembran y vuelven a sembrar.
Han aparecido brotes verdes en Madrid, en Andalucía, en Murcia, en el País Vasco, incluso en Cataluña. Veremos si Castilla y León presenta buena cosecha, pero desde luego, este partido tiene claro lo que hacer: SIEMBRA.
Estimado lector, en la madrugada del 14 de febrero nos volveremos a ver sobre tierras castellanas. ¿Habrán sembrado?