MSG – «EL PICO» DE UN VIEJO CONFLICTO – 5 de febrero de 2022
Nos encontramos ante un conflicto armado internacional entre Rusia y Ucrania, que involucra de forma directa a EEUU y a los países miembros de la UE, más especialmente a los que se encuentran en la OTAN. Estamos en el momento más conflictivo desde el inicio de las hostilidades en febrero de 2014 con la anexión rusa de Crimea. Por tanto, no es un nuevo conflicto ni tampoco de extrañar que este momento antes o después llegaría.
Luego, ¿por qué se le da ahora tanta importancia y está causando tanto protagonismo? La clave es que desde el pasado 3 de diciembre de 2021 se está produciendo una importante acumulación de fuerzas armadas rusas en la frontera con Ucrania, nunca vista desde la invasión de Crimea. Esto hace que Europa se esté viendo amenazada por Rusia, a nivel político, económico y territorial. Pero no sólo supone una amenaza directa para Europa sino también para EEUU y la OTAN, con intereses geopolíticos claros en la zona desde el fin de la Guerra Fría y la desintegración de la URSS.
Para analizar el conflicto hay que entender por qué quiere Rusia hacerse con Ucrania, y responde a tres motivos: ahorrarse el coste de transporte del gas hacia Europa, que pasa por Ucrania y supone el 3.8% de su PIB, impedir que Ucrania caiga en el flujo de la UE, con la que existe un Acuerdo de Asociación desde el 1 de septiembre de 2017, y de la OTAN, que desde 1997 lleva expandiéndose por los países de la antigua URSS, y en tercer lugar, por interés personal de Putin, debido al fracaso en instalar líderes prorusos en Kiev y el interés de Ucrania y los ucranianos en adherirse a la UE y la OTAN.
Para alejar a Ucrania de la órbita occidental, y más en concreto de su colaboración con la OTAN, Rusia demanda a esta que cese su expansión hacia el este, finalice toda cooperación militar que mantenga actualmente con las antiguas repúblicas soviéticas, y retire los soldados y el armamento de la OTAN a las posiciones que ocupaban antes del inicio de su expansión hacia Oriente. Estas son las tres exigencias que Rusia dirige a EEUU para evitar una guerra que en realidad lleva iniciada desde 2014 con la invasión de Crimea, el asesinato de cien personas en las protestas contra esta por parte de las fuerzas de seguridad rusas, y el derribo de un vuelo que sobrevolaba Donetsk causando la muerte de doscientos noventa y ocho personas, se vea acentuada ahora.
Estamos ante una situación compleja. El alto el fuego establecido en la frontera ruso ucraniana nos muestra el camino que Rusia seguir, es decir, prolongar el conflicto en el tiempo, y seguir debilitando a la UE y a la OTAN, que ya están en crisis y el Kremlin es consciente. Las trágicas consecuencias, humanitarias sobre todo, de la salida de EEUU de Afganistán y en consecuencia la de todos los Estados europeos nos tiene que servir de aprendizaje para no volver a repetir el mismo error. La UE, EEUU y la OTAN, a la que España pertenece, deben trabajar conjuntamente en el arreglo pacífico del conflicto, a través de los medios diplomáticos y políticos existentes, pero también deben articular una postura clara y establecer una estrategia de respuesta inmediata para el caso en que Rusia traspasase las fronteras reconocidas de su país, poder actuar y defender la integridad territorial de Ucrania y de Europa.
MSG – «EL PICO» DE UN VIEJO CONFLICTO – 5 de febrero de 2022
Luego, ¿por qué se le da ahora tanta importancia y está causando tanto protagonismo? La clave es que desde el pasado 3 de diciembre de 2021 se está produciendo una importante acumulación de fuerzas armadas rusas en la frontera con Ucrania, nunca vista desde la invasión de Crimea. Esto hace que Europa se esté viendo amenazada por Rusia, a nivel político, económico y territorial. Pero no sólo supone una amenaza directa para Europa sino también para EEUU y la OTAN, con intereses geopolíticos claros en la zona desde el fin de la Guerra Fría y la desintegración de la URSS.
Para analizar el conflicto hay que entender por qué quiere Rusia hacerse con Ucrania, y responde a tres motivos: ahorrarse el coste de transporte del gas hacia Europa, que pasa por Ucrania y supone el 3.8% de su PIB, impedir que Ucrania caiga en el flujo de la UE, con la que existe un Acuerdo de Asociación desde el 1 de septiembre de 2017, y de la OTAN, que desde 1997 lleva expandiéndose por los países de la antigua URSS, y en tercer lugar, por interés personal de Putin, debido al fracaso en instalar líderes prorusos en Kiev y el interés de Ucrania y los ucranianos en adherirse a la UE y la OTAN.
Para alejar a Ucrania de la órbita occidental, y más en concreto de su colaboración con la OTAN, Rusia demanda a esta que cese su expansión hacia el este, finalice toda cooperación militar que mantenga actualmente con las antiguas repúblicas soviéticas, y retire los soldados y el armamento de la OTAN a las posiciones que ocupaban antes del inicio de su expansión hacia Oriente. Estas son las tres exigencias que Rusia dirige a EEUU para evitar una guerra que en realidad lleva iniciada desde 2014 con la invasión de Crimea, el asesinato de cien personas en las protestas contra esta por parte de las fuerzas de seguridad rusas, y el derribo de un vuelo que sobrevolaba Donetsk causando la muerte de doscientos noventa y ocho personas, se vea acentuada ahora.
Estamos ante una situación compleja. El alto el fuego establecido en la frontera ruso ucraniana nos muestra el camino que Rusia seguir, es decir, prolongar el conflicto en el tiempo, y seguir debilitando a la UE y a la OTAN, que ya están en crisis y el Kremlin es consciente. Las trágicas consecuencias, humanitarias sobre todo, de la salida de EEUU de Afganistán y en consecuencia la de todos los Estados europeos nos tiene que servir de aprendizaje para no volver a repetir el mismo error. La UE, EEUU y la OTAN, a la que España pertenece, deben trabajar conjuntamente en el arreglo pacífico del conflicto, a través de los medios diplomáticos y políticos existentes, pero también deben articular una postura clara y establecer una estrategia de respuesta inmediata para el caso en que Rusia traspasase las fronteras reconocidas de su país, poder actuar y defender la integridad territorial de Ucrania y de Europa.
Mario Sanz Galacho