La calma antes de la tormenta, o después. No, mientras tanto. Tal vez no hay calma, pero lo que seguro hay es tormenta.
En definitiva, aparenta ser una historia que no puede tener fin. ¿No hay nadie lo suficientemente Popular como para traer la calma? Ya sea antes o después de la tormenta, es importante la calma, no solo intentar atravesar la tormenta. Así, hasta la fecha, no parece haber nadie capaz de incorporar la calma a la mesa de decisiones, pero sí quien, desconocemos porqué, desea construir un arca: En el arca de Feijóo, todos caben todos caben.
Un arca a quien se puede subir quien quiera, no hay restricciones, se suponía, ni tampoco límites, se pretendía. Ha adquirido prestado un lema conocido: no dejamos a nadie atrás. Pretende que todos se incorporen, seguramente lo consiga. Él tiene la flauta, el resto al son de la misma se mueve. Es indiferente el ritmo que suene, da igual que truene o las notas que se entonen, siempre y cuando no se toca la nota Sol, todos reirán, se abrazarán y aplaudirán, levantarán las banderas, como voces libres comenzando a revivir. Al flautista de Hamelín, lo han puesto a tocar y no ha dudado, todos lo han seguido, hipnotizados por la flauta, bajo el paraguas de salir más fuertes, eso que también pretendía el gobierno.
Una vez más, como siempre, ha ganado el relato. Primero ha ganado el relato, “adelante, es tu oportunidad, no la desaproveches, todos te apoyarán”, “es el nuevo líder”. Este tan solo ha tenido que abrir el paraguas, lo cual sabe hacer bien, para que todos, sin excepción entren. Posteriormente, en segundo lugar, tras esparcir este mensaje, todos han asentido. Al fin y al cabo, qué fácil es decir siempre que sí.
Como si de una guerra se tratase, todos han firmado un armisticio. Saben que es el momento de no meter el dedo en la llaga: “que a nadie se le ocurra plantear cambios serios, aquí como si todos fuésemos amigos, el modo de actuar es el siguiente: todos por todos. Yo quiero ser presidente, todos sabéis que eso va a ocurrir, vosotros queréis conservar vuestros puestos, eso no tiene porqué cambiar. Sencillamente, limitaros a aplaudir, nadie molesta a nadie y seguimos como si nada, ¿entendido?”. A una sola voz respondieron: “Entendido”.
Que feo es el no pensar, el no discutir, no plantear nada, mantenerse en el conformismo y la sencillez. ¿Porqué? ¿Para qué? Meritocracia Ideas Valores
Decía Aristóteles que el gobernante debe ser virtuoso, pero también Maquiavelo que el poder se consigue y se hace por mantener. Pragmatismo o idealismo, deseo o realidad, análisis o inmediatez, construir para aguantar o para edificar, sobre todo, estar para hacer o ser para resistir.
Una vez más, si hay que gobernar se gobierna, pero gobernar para nada es tontería. Quién no se suba al arca, quien no siga el son del tocar, quien no crea que sale más fuerte, quien no entienda que no se deja a nadie atrás, no cabrá bajo el paraguas. “Felicidades señor, es usted presidente del partido, ¿qué ideas pretende aplicar?” Respondió a la gallega: “¿qué es eso?
AGA – Salimos más fuertes – 25 de marzo de 2022
En definitiva, aparenta ser una historia que no puede tener fin. ¿No hay nadie lo suficientemente Popular como para traer la calma? Ya sea antes o después de la tormenta, es importante la calma, no solo intentar atravesar la tormenta. Así, hasta la fecha, no parece haber nadie capaz de incorporar la calma a la mesa de decisiones, pero sí quien, desconocemos porqué, desea construir un arca: En el arca de Feijóo, todos caben todos caben.
Un arca a quien se puede subir quien quiera, no hay restricciones, se suponía, ni tampoco límites, se pretendía. Ha adquirido prestado un lema conocido: no dejamos a nadie atrás. Pretende que todos se incorporen, seguramente lo consiga. Él tiene la flauta, el resto al son de la misma se mueve. Es indiferente el ritmo que suene, da igual que truene o las notas que se entonen, siempre y cuando no se toca la nota Sol, todos reirán, se abrazarán y aplaudirán, levantarán las banderas, como voces libres comenzando a revivir. Al flautista de Hamelín, lo han puesto a tocar y no ha dudado, todos lo han seguido, hipnotizados por la flauta, bajo el paraguas de salir más fuertes, eso que también pretendía el gobierno.
Una vez más, como siempre, ha ganado el relato. Primero ha ganado el relato, “adelante, es tu oportunidad, no la desaproveches, todos te apoyarán”, “es el nuevo líder”. Este tan solo ha tenido que abrir el paraguas, lo cual sabe hacer bien, para que todos, sin excepción entren. Posteriormente, en segundo lugar, tras esparcir este mensaje, todos han asentido. Al fin y al cabo, qué fácil es decir siempre que sí.
Como si de una guerra se tratase, todos han firmado un armisticio. Saben que es el momento de no meter el dedo en la llaga: “que a nadie se le ocurra plantear cambios serios, aquí como si todos fuésemos amigos, el modo de actuar es el siguiente: todos por todos. Yo quiero ser presidente, todos sabéis que eso va a ocurrir, vosotros queréis conservar vuestros puestos, eso no tiene porqué cambiar. Sencillamente, limitaros a aplaudir, nadie molesta a nadie
y seguimos como si nada, ¿entendido?”. A una sola voz respondieron: “Entendido”.
Que feo es el no pensar, el no discutir, no plantear nada, mantenerse en el conformismo y la sencillez.
¿Porqué? ¿Para qué?
Meritocracia
Ideas
Valores
Decía Aristóteles que el gobernante debe ser virtuoso, pero también Maquiavelo que el poder se consigue y se hace por mantener. Pragmatismo o idealismo, deseo o realidad, análisis o inmediatez, construir para aguantar o para edificar, sobre todo, estar para hacer o ser para resistir.
Una vez más, si hay que gobernar se gobierna, pero gobernar para nada es tontería.
Quién no se suba al arca, quien no siga el son del tocar, quien no crea que sale más fuerte, quien no entienda que no se deja a nadie atrás, no cabrá bajo el paraguas.
“Felicidades señor, es usted presidente del partido, ¿qué ideas pretende aplicar?”
Respondió a la gallega: “¿qué es eso?