Víctor Pla Cid – Tiananmen: pasado, presente y futuro – 10 de junio de 2022
Hace ya 33 años de los hechos acontecidos en la Plaza de Tiananmen (Beijing). En ellos, China determinó el futuro de su nación y cerró las puertas a nuevas reformas “liberalizadoras”, comenzadas a petición del exlíder Hu Yaobang. ¿Fué Tiananmen el detonante del autoritarismo chino? En absoluto. China ya era un país de carácter autoritario (fuertemente influenciado por Mao Zedong). Pero fué Tiananmen el aviso para las futuras democracias europeas (ocurrió pocos meses antes de la disolución de la URSS) que el modelo democrático liberal impuesto por los EEUU nunca daría sus frutos en el país asiático. Después de la muerte de Yaobang, miles de estudiantes se reunieron en la Plaza de Tiananmen en pro de otorgar una vigilia al fallecido líder pero, a la vez, exigir la continuación de políticas liberalizadoras. Éste hecho desencadenó una fuerte respuesta por parte de la clase política. El Primer Ministro Li Peng llegó a implementar la ley marcial como respuesta a las fallidas negociaciones entre el Secretario General del PCC, Ziyang, y los manifestantes.
La noche del 3 al 4 de junio de 1989, el ejército chino se abrió paso – a toda costa – hasta llegar a la Plaza. En un comunicado del propio gobierno se estima que en esa noche fallecieron 200 civiles. La cifra es puesta en tela de juicio, ya que los agentes internacionales ponen la cifra en miles de civiles muertos. Incluso el exembajador británico, Sir Alan Donald, lo cifró en unas 10.000 personas muertas.
Más allá de la perspectiva histórica deberíamos poner el centro de la reflexión en que China es la segunda potencia mundial y no tiene demasiados reparos en masacrar a sus civiles. Se estima que sobre el 2050 los EEUU perderán el título de mayor potencia y China obtendrá ese puesto. Ostentar esa situación también implica actuar como “Presidencia del Mundo”. Son múltiples los organismos que han criticado al gobierno chino por sus acciones represivas e iliberales: Human Rights Watch, Amnistía Internacional, las Naciones Unidas y similares. Por desgracia, hoy en día el PCC sigue siendo un referente en términos de antidemocracia, propagando sus estragos hacia minorías étnicas (Uigures), ocupando territorios (Hong Kong) o librando batallas por un imperio ya pasado (Tíbet).
La noche del 3 al 4 de junio de 1989, el ejército chino se abrió paso – a toda costa – hasta llegar a la Plaza.
Víctor Pla Cid – Tiananmen: pasado, presente y futuro – 10 de junio de 2022
Hace ya 33 años de los hechos acontecidos en la Plaza de Tiananmen (Beijing). En ellos, China determinó el futuro de su nación y cerró las puertas a nuevas reformas “liberalizadoras”, comenzadas a petición del exlíder Hu Yaobang. ¿Fué Tiananmen el detonante del autoritarismo chino? En absoluto. China ya era un país de carácter autoritario (fuertemente influenciado por Mao Zedong). Pero fué Tiananmen el aviso para las futuras democracias europeas (ocurrió pocos meses antes de la disolución de la URSS) que el modelo democrático liberal impuesto por los EEUU nunca daría sus frutos en el país asiático. Después de la muerte de Yaobang, miles de estudiantes se reunieron en la Plaza de Tiananmen en pro de otorgar una vigilia al fallecido líder pero, a la vez, exigir la continuación de políticas liberalizadoras. Éste hecho desencadenó una fuerte respuesta por parte de la clase política. El Primer Ministro Li Peng llegó a implementar la ley marcial como respuesta a las fallidas negociaciones entre el Secretario General del PCC, Ziyang, y los manifestantes.
La noche del 3 al 4 de junio de 1989, el ejército chino se abrió paso – a toda costa – hasta llegar a la Plaza. En un comunicado del propio gobierno se estima que en esa noche fallecieron 200 civiles. La cifra es puesta en tela de juicio, ya que los agentes internacionales ponen la cifra en miles de civiles muertos. Incluso el exembajador británico, Sir Alan Donald, lo cifró en unas 10.000 personas muertas.
Más allá de la perspectiva histórica deberíamos poner el centro de la reflexión en que China es la segunda potencia mundial y no tiene demasiados reparos en masacrar a sus civiles. Se estima que sobre el 2050 los EEUU perderán el título de mayor potencia y China obtendrá ese puesto. Ostentar esa situación también implica actuar como “Presidencia del Mundo”. Son múltiples los organismos que han criticado al gobierno chino por sus acciones represivas e iliberales: Human Rights Watch, Amnistía Internacional, las Naciones Unidas y similares. Por desgracia, hoy en día el PCC sigue siendo un referente en términos de antidemocracia, propagando sus estragos hacia minorías étnicas (Uigures), ocupando territorios (Hong Kong) o librando batallas por un imperio ya pasado (Tíbet).