La noche del 13 de noviembre de 2015, la capital francesa sufrió uno de los mayores atentados terroristas de la historia de Europa. Aquella noche, miembros del Estado Islámico (EI) asaltaron diversas localidades parisinas (véase, por ejemplo, la Sala Bataclan) armados con armamento ligero dejando así 130 muertos y 500 heridos. Éste miércoles (29 de junio de 2022), en el Palais de la Justice, la razón se ha impuesto frente a la barbarie. El único terrorista vivo, Salah Abdeslam, ha sido condenado a cadena perpetua, culpable de los cinco delitos que se le imputan. Es la quinta vez que un tribunal francés sentencia a un hombre con semejante dureza desde su aprobación en 1994.
El Presidente de la sala, Jean-Louis Periès, ha reafirmado la culpabilidad del autodenominado “soldado del Estado Islámico”. La defensa ha argumentado que Abdeslam no detonó su cinturón explosivo por motivos de humanidad. Los jueces penalistas, con la ayuda de especialistas en explosivos de la Gendarmería, han determinado que el cinturón no se detonó por errores técnicos.
Abdeslam no ha sido el único que ha recibido una condena por los atentados, 18 miembros de la célula también lo han sido. Sus condenas van desde los 2 hasta los 30 años en prisión.
Los casi dos mil testimonios civiles que han pasado por el juzgado han tenido que detallar, con gran precisión, lo que ocurrió aquel fatídico viernes. El veredicto supone el fin de un juicio iniciado en septiembre de 2021, el cual ha involucrado a más de 300 abogados y 1.800 civiles. Más allá de los costes judiciales, sociales y políticos que implica éste procedimiento significa que Francia podrá cerrar un capítulo triste de su historia.
Han sido necesarios cinco años, pero es oficial: se ha hecho justicia en París.
«Francia podrá cerrar un capítulo triste de su historia.»
Víctor Pla Cid – Justicia en París – 01/07/2022
La noche del 13 de noviembre de 2015, la capital francesa sufrió uno de los mayores atentados terroristas de la historia de Europa. Aquella noche, miembros del Estado Islámico (EI) asaltaron diversas localidades parisinas (véase, por ejemplo, la Sala Bataclan) armados con armamento ligero dejando así 130 muertos y 500 heridos. Éste miércoles (29 de junio de 2022), en el Palais de la Justice, la razón se ha impuesto frente a la barbarie. El único terrorista vivo, Salah Abdeslam, ha sido condenado a cadena perpetua, culpable de los cinco delitos que se le imputan. Es la quinta vez que un tribunal francés sentencia a un hombre con semejante dureza desde su aprobación en 1994.
El Presidente de la sala, Jean-Louis Periès, ha reafirmado la culpabilidad del autodenominado “soldado del Estado Islámico”. La defensa ha argumentado que Abdeslam no detonó su cinturón explosivo por motivos de humanidad. Los jueces penalistas, con la ayuda de especialistas en explosivos de la Gendarmería, han determinado que el cinturón no se detonó por errores técnicos.
Abdeslam no ha sido el único que ha recibido una condena por los atentados, 18 miembros de la célula también lo han sido. Sus condenas van desde los 2 hasta los 30 años en prisión.
Los casi dos mil testimonios civiles que han pasado por el juzgado han tenido que detallar, con gran precisión, lo que ocurrió aquel fatídico viernes. El veredicto supone el fin de un juicio iniciado en septiembre de 2021, el cual ha involucrado a más de 300 abogados y 1.800 civiles. Más allá de los costes judiciales, sociales y políticos que implica éste procedimiento significa que Francia podrá cerrar un capítulo triste de su historia.
Han sido necesarios cinco años, pero es oficial: se ha hecho justicia en París.