FP Y MSG – PUTIN, QUIÉN AVISA NO ES TRAIDOR – 10 de julio de 2022
Atendiendo al nuevo Concepto Estratégico de Madrid, documento que refleja los nuevos desafíos a los que se enfrenta la Alianza y el posicionamiento de ésta con respecto a estos y a otros actores internacionales, principalmente estatales, podemos mencionar una serie de modificaciones, claramente influenciadas por el conflicto armado en Ucrania, con respecto al del Lisboa de 2010.
Primero de todo, y muy importante para nuestro país, es la mención implícita del flanco sur, es decir, del norte de África y del Sahel, región la cual organizaciones terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico utilizan como refugio y medio de expansión y organización de atentados. Esto es así por la mala situación económica y política del sur de Mauritania, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, el norte de Nigeria , Camerún, Chad, Sudán y Eritrea. Y que tanto China como Rusia buscan aumentar como método de agresión a Europa y a EEUU.
Sabiendo cuál es la situación ya no solo política, sino también relacionada con el declive de los sistemas democráticos y las economías locales, donde reina la desigualdad y la pobreza extrema. Tanto la emergencia sanitaria derivada de la pandemia del COVID, y la crisis alimentaria causada por el desabastecimiento de alimentos a causa de la guerra en Ucrania, deben ser entendidas como causantes del surgimiento de movimientos migratorios desde estos países hacia Europa. Por ello es importante mantener nuestra presencia y acción en todos estos Estados y garantizar una mejora de sus instituciones, a fin de contrarrestar estos movimientos con los que Rusia y China buscan debilitar nuestro Estado de bienestar y nuestra seguridad en diferentes ocasiones.
También han dejado implícitamente claro Jens Stoltenberg y Joe Biden con respecto a la petición de España de salvaguardar la soberanía e integridad territorial de Ceuta y Melilla, tras los últimos ataques a la frontera de Marruecos, que la invocación del artículo 5 del Tratado de Washington depende de una decisión política que tiene que tomarse por consenso en el Consejo de la OTAN, donde entraría en juego el artículo 4, y cada Estado Parte decidiría libremente de qué manera intervenir, es decir, no teniendo la obligación de hacerlo militarmente. También se ha respaldado el artículo 6 del Tratado, que especifica el alcance geográfico del principio de defensa colectiva, aunque este punto no tuvo especial relevancia en la intervención de la OTAN sobre los Balcanes o Afganistán si echamos la vista atrás.
El ejemplo más visible de esta nueva política de disuasión con respecto al Reino de España será el envío el próximo año por parte de EEUU de dos nuevos destructores a la base naval de Rota, que pasará a contar con seis, y seiscientos soldados, que sumarán mil ochocientos en la localidad gaditana. Una vez se especifique la fecha de llegada, tendrá que ser aprobado primero en el Consejo de Ministros, y luego en el Congreso de los Diputados, constituyendo una modificación del Convenio de Cooperación de Defensa del año 1988.
También es destacable la inclusión de las amenazas híbridas, véase el ataque a un Estado y sus instituciones mediante medios no convencionales, tales como la instrumentalización de la inmigración, el chantaje energético, los ciberataques o las guerras comerciales, entre las formas percibidas como agresión a la Alianza, y que por tanto sería motivo de activación del artículo 5 del Tratado. Recordemos que la respuesta no tendría que ser estrictamente militar, sino diplomática, humanitaria, logística, o de simple cooperación.
Otra de las novedades de este nuevo Concepto es el acuerdo alcanzado entre Turquía, Suecia y Finlandia para levantar el veto turco respecto a la adhesión de los dos países nórdicos, históricamente neutrales, en la Alianza. El levantamiento del veto turco, era uno de los objetivos principales de esta cumbre y facilita esta última expansión de la OTAN que contará con treinta y dos miembros. El acuerdo fue alcanzado tras una extensa reunión organizada por el Secretario General de la organización Jens Stoltenberg en la que participaron el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan, la Primera Ministra sueca Madgalena Andersson y el Presidente finlandés Sauli Niinistö.
Luego de esta reunión los Ministros de Asuntos Exteriores de los tres países firmaron un Memorando trilateral compuesto de diez puntos, en el que Suecia y Finlandia se comprometen a cooperar con Turquía en la lucha contra el terrorismo, no proporcionar ningún tipo de apoyo a las Unidades de Proteccion Popular Kurdas, declarar al PKK como organizacion terrorista y eliminar la prohibición de la exportación de armas y municiones a Turquía.
El contenido del Memorando cumple con las exigencias del gobierno turco, con la excepción del asunto relacionado con el pedido de extradición a Turquía de sospechosos de haber participado o colaborado en actos terroristas. Suecia y Finlandia se comprometieron a revisar las solicitudes de extradición, pero explicaron que es una competencia del poder judicial y no del ejecutivo.
El éxito de las negociaciones y la firma del Memorando trilateral lograron que los 30 embajadores de los Estados miembros firmaran el Protocolo de Adhesión de Suecia y Finlandia en la OTAN, solamente falta que el protocolo sea ratificado por los parlamentos de todos los miembros. Este proceso puede demorarse, ya que cada país tiene su propio proceso legislativo. La inminente expansión de la organización es un éxito alcanzado en esta cumbre, gracias a la buena predisposición de los países ingresantes, de Turquía, pero también de la organización llevada a cabo por el Reino de España. España brindó las facilidades para que los diferentes actores del plano internacional pudieran negociar y alcanzar acuerdos ya que cada país tiene su propio proceso legislativo. La inminente expansión de la organización es un éxito alcanzado en esta cumbre, gracias a la buena predisposición de los países ingresantes, de Turquía, pero también de la organización llevada a cabo por el Reino de España. España brindó las facilidades para que los diferentes actores del plano internacional pudieran negociar y alcanzar acuerdos.
La adopción del nuevo Concepto Estratégico donde se menciona a Rusia como principal y más directa amenaza a la seguridad de la región Euroatlántica, tal y como fue definido en el primer Concepto Estratégico de 1949, nos hace ver el clima de tensión actual entre ambos bloques, como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Por otro lado, se ha descrito a China como otro de los grandes desafíos a la seguridad. Por primera vez la OTAN considera al gigante asiático como una seria amenaza al considerar que China busca socavar el orden internacional utilizando todo tipo de herramientas. En los últimos años los miembros de la organización han sido testigos del rápido y sostenido crecimiento de las inversiones chinas en infraestructuras esenciales en Asia, África, Europa y Latinoamérica, como la iniciativa 16+1. Este fenómeno debe ser entendido como la búsqueda por parte de China de extender su área de influencia y el alcance de sus intereses económicos, políticos y militares generando dependencias estratégicas en otras regiones utilizando su sólida posición económica.
Este nuevo concepto también considera la relación estratégica entre Moscú y Pekín y sus intentos de modificar el orden internacional como contrarios a los valores de la Alianza. Pero a diferencia de la posición tomada con respecto a Rusia, la OTAN cree en la posibilidad de alcanzar un diálogo y cooperar de manera constructiva con China, con el fin de salvaguardar la seguridad internacional.
En definitiva, nos encontramos ante un regreso a la Guerra Fría, reflejado en el despliegue defensivo realizado en el Este y en el sur, y a la lucha del más fuerte, propia del realismo clásico. La OTAN ha decidido responder a la invasión rusa de Ucrania con la elaboración de un Concepto Estratégico más agresivo y estricto, que supone el abandono de la doctrina del “soft power”. Se ha equilibrado la balanza por el control del tablero geopolítico mundial , y ahora está por verse cómo evolucionará en los próximos años. Mientras tanto, un conflicto armado internacional a las puertas de la UE y de territorio OTAN está activo, y la situación por tanto es de máxima peligrosidad.
Francisco Provenzano, y Mario Sanz Galacho
«Que el mantenimiento del equilibrio de la fuerza no derive en ninguna carrera»
FP Y MSG – PUTIN, QUIÉN AVISA NO ES TRAIDOR – 10 de julio de 2022
Primero de todo, y muy importante para nuestro país, es la mención implícita del flanco sur, es decir, del norte de África y del Sahel, región la cual organizaciones terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico utilizan como refugio y medio de expansión y organización de atentados. Esto es así por la mala situación económica y política del sur de Mauritania, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, el norte de Nigeria , Camerún, Chad, Sudán y Eritrea. Y que tanto China como Rusia buscan aumentar como método de agresión a Europa y a EEUU.
Sabiendo cuál es la situación ya no solo política, sino también relacionada con el declive de los sistemas democráticos y las economías locales, donde reina la desigualdad y la pobreza extrema. Tanto la emergencia sanitaria derivada de la pandemia del COVID, y la crisis alimentaria causada por el desabastecimiento de alimentos a causa de la guerra en Ucrania, deben ser entendidas como causantes del surgimiento de movimientos migratorios desde estos países hacia Europa. Por ello es importante mantener nuestra presencia y acción en todos estos Estados y garantizar una mejora de sus instituciones, a fin de contrarrestar estos movimientos con los que Rusia y China buscan debilitar nuestro Estado de bienestar y nuestra seguridad en diferentes ocasiones.
También han dejado implícitamente claro Jens Stoltenberg y Joe Biden con respecto a la petición de España de salvaguardar la soberanía e integridad territorial de Ceuta y Melilla, tras los últimos ataques a la frontera de Marruecos, que la invocación del artículo 5 del Tratado de Washington depende de una decisión política que tiene que tomarse por consenso en el Consejo de la OTAN, donde entraría en juego el artículo 4, y cada Estado Parte decidiría libremente de qué manera intervenir, es decir, no teniendo la obligación de hacerlo militarmente. También se ha respaldado el artículo 6 del Tratado, que especifica el alcance geográfico del principio de defensa colectiva, aunque este punto no tuvo especial relevancia en la intervención de la OTAN sobre los Balcanes o Afganistán si echamos la vista atrás.
El ejemplo más visible de esta nueva política de disuasión con respecto al Reino de España será el envío el próximo año por parte de EEUU de dos nuevos destructores a la base naval de Rota, que pasará a contar con seis, y seiscientos soldados, que sumarán mil ochocientos en la localidad gaditana. Una vez se especifique la fecha de llegada, tendrá que ser aprobado primero en el Consejo de Ministros, y luego en el Congreso de los Diputados, constituyendo una modificación del Convenio de Cooperación de Defensa del año 1988.
También es destacable la inclusión de las amenazas híbridas, véase el ataque a un Estado y sus instituciones mediante medios no convencionales, tales como la instrumentalización de la inmigración, el chantaje energético, los ciberataques o las guerras comerciales, entre las formas percibidas como agresión a la Alianza, y que por tanto sería motivo de activación del artículo 5 del Tratado. Recordemos que la respuesta no tendría que ser estrictamente militar, sino diplomática, humanitaria, logística, o de simple cooperación.
Otra de las novedades de este nuevo Concepto es el acuerdo alcanzado entre Turquía, Suecia y Finlandia para levantar el veto turco respecto a la adhesión de los dos países nórdicos, históricamente neutrales, en la Alianza. El levantamiento del veto turco, era uno de los objetivos principales de esta cumbre y facilita esta última expansión de la OTAN que contará con treinta y dos miembros. El acuerdo fue alcanzado tras una extensa reunión organizada por el Secretario General de la organización Jens Stoltenberg en la que participaron el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan, la Primera Ministra sueca Madgalena Andersson y el Presidente finlandés Sauli Niinistö.
Luego de esta reunión los Ministros de Asuntos Exteriores de los tres países firmaron un Memorando trilateral compuesto de diez puntos, en el que Suecia y Finlandia se comprometen a cooperar con Turquía en la lucha contra el terrorismo, no proporcionar ningún tipo de apoyo a las Unidades de Proteccion Popular Kurdas, declarar al PKK como organizacion terrorista y eliminar la prohibición de la exportación de armas y municiones a Turquía.
El contenido del Memorando cumple con las exigencias del gobierno turco, con la excepción del asunto relacionado con el pedido de extradición a Turquía de sospechosos de haber participado o colaborado en actos terroristas. Suecia y Finlandia se comprometieron a revisar las solicitudes de extradición, pero explicaron que es una competencia del poder judicial y no del ejecutivo.
El éxito de las negociaciones y la firma del Memorando trilateral lograron que los 30 embajadores de los Estados miembros firmaran el Protocolo de Adhesión de Suecia y Finlandia en la OTAN, solamente falta que el protocolo sea ratificado por los parlamentos de todos los miembros. Este proceso puede demorarse, ya que cada país tiene su propio proceso legislativo. La inminente expansión de la organización es un éxito alcanzado en esta cumbre, gracias a la buena predisposición de los países ingresantes, de Turquía, pero también de la organización llevada a cabo por el Reino de España. España brindó las facilidades para que los diferentes actores del plano internacional pudieran negociar y alcanzar acuerdos ya que cada país tiene su propio proceso legislativo. La inminente expansión de la organización es un éxito alcanzado en esta cumbre, gracias a la buena predisposición de los países ingresantes, de Turquía, pero también de la organización llevada a cabo por el Reino de España. España brindó las facilidades para que los diferentes actores del plano internacional pudieran negociar y alcanzar acuerdos.
La adopción del nuevo Concepto Estratégico donde se menciona a Rusia como principal y más directa amenaza a la seguridad de la región Euroatlántica, tal y como fue definido en el primer Concepto Estratégico de 1949, nos hace ver el clima de tensión actual entre ambos bloques, como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Por otro lado, se ha descrito a China como otro de los grandes desafíos a la seguridad. Por primera vez la OTAN considera al gigante asiático como una seria amenaza al considerar que China busca socavar el orden internacional utilizando todo tipo de herramientas. En los últimos años los miembros de la organización han sido testigos del rápido y sostenido crecimiento de las inversiones chinas en infraestructuras esenciales en Asia, África, Europa y Latinoamérica, como la iniciativa 16+1. Este fenómeno debe ser entendido como la búsqueda por parte de China de extender su área de influencia y el alcance de sus intereses económicos, políticos y militares generando dependencias estratégicas en otras regiones utilizando su sólida posición económica.
Este nuevo concepto también considera la relación estratégica entre Moscú y Pekín y sus intentos de modificar el orden internacional como contrarios a los valores de la Alianza. Pero a diferencia de la posición tomada con respecto a Rusia, la OTAN cree en la posibilidad de alcanzar un diálogo y cooperar de manera constructiva con China, con el fin de salvaguardar la seguridad internacional.
En definitiva, nos encontramos ante un regreso a la Guerra Fría, reflejado en el despliegue defensivo realizado en el Este y en el sur, y a la lucha del más fuerte, propia del realismo clásico. La OTAN ha decidido responder a la invasión rusa de Ucrania con la elaboración de un Concepto Estratégico más agresivo y estricto, que supone el abandono de la doctrina del “soft power”. Se ha equilibrado la balanza por el control del tablero geopolítico mundial , y ahora está por verse cómo evolucionará en los próximos años. Mientras tanto, un conflicto armado internacional a las puertas de la UE y de territorio OTAN está activo, y la situación por tanto es de máxima peligrosidad.
Francisco Provenzano, y Mario Sanz Galacho