Independientemente de cuál sea tu opinión sobre la Organización para las Naciones Unidas, creada tras la Segunda Guerra Mundial para evitar una tercera, tienes que conocer la vital importancia de la existencia de una organización como esta, sea cual fuere su nombre o su modelo operativo.
Que sea una organización mejorable en algunos aspectos no quiere decir que sea fallida, o que haya que destruirla. Que el Consejo de Seguridad, y por consecuente el despliegue de operaciones de mantenimiento de paz dependa de Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia no significa que la resolución de un conflicto internacional sea imposible. Que el cumplimiento de los ODS haga que se genere un crecimiento económico sostenible no es lo mismo que la economía de un país decrezca. O que posibles casos de corrupción como el de John Ashe sucedan no nos avala para atacar el carácter democrático y representativo de la Organización.
Siendo mantener la paz y la seguridad internacional el objetivo fundamental de NNUU, muchos os preguntaréis por qué se ha iniciado un conflicto armado internacional entre Rusia y Ucrania a las puertas de Europa. La respuesta es sencilla, y es que el Estado es plenamente soberano y tiene en su mano la gestión de su política exterior, con indiferencia de pertenecer a una organización pacífica como es NNUU.
Naciones Unidas hace lo que puede, en el ejercicio de sus funciones y en cumplimiento de su Carta. En estos más de seis meses de conflicto, la Asamblea General, órgano deliberativo, ha aprobado tres Resoluciones relativas a la invasión rusa de Ucrania en sesiones extraordinarias de emergencia.
La primera de ellas, del 2 de marzo, condenó la invasión y exigió a Putin la inmediata retirada de sus soldados. Contó sólo con los votos de Bielorrusia, Siria, Corea del Norte, Eritrea, y la propia Rusia en contra, y ciento cuarenta y uno a favor.
La segunda se dio el día 24 de ese mismo mes, y ponía su mira en los ataques de los rusos contra los objetos civiles, ya fuesen personas o bienes. Esta vez contó con los mismos votos en contra por parte de los mismos actores, y con un voto menos a favor. Francia y México quisieron presentar el proyecto de resolución ante el CS pero la presencia de Rusia en él lo impidió.
La última fue aprobada el 7 de abril, y supuso la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos por las continuas violaciones de estos. Sin embargo, hay que decir, tristemente, que contó con veinticuatro votos en contra, de ciento noventa y tres Estados que conforman la Organización. Estos Estados son aquellos que suelen ser objeto de acusaciones de lo mismo, vulneración de derechos humanos. Y es aquí donde podemos ver en términos históricos, un nuevo alineamiento internacional. Por un lado, Estados Unidos y los miembros de la OTAN y de la UE, y por otro, Rusia, China y sus comunes aliados africanos y de medio Oriente.
Y a pesar de que las Resoluciones de la AG no sean vinculantes, constituyen un gran avance en la resolución pacífica del conflicto, y muestran una clara unanimidad en la condena al régimen ruso. El derecho de veto de la Federación rusa en el CS hace que sea imposible emitir una Resolución desde este órgano, pero sin embargo nos permite presenciar una condena casi global hacia su actuación. Esto sin olvidar el cumplimiento de NNUU con su objetivo primero, que es evitar una tercera gran guerra, que de momento no ha llegado, sobre todo por la vigencia de la Destrucción Mutua Asegurada de la que Kissinger nos habla en su libro Orden Mundial.
En definitiva, NNUU es una organización internacional indispensable para garantizar la supervivencia de todos, y en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania podemos presenciar su imprescindibilidad. ¿Es conveniente acometer una serie de reformas? Yo diría que con mucho tacto, porque cualquier reforma que se haga puede derivar en un desequilibrio de poder importante, y por consecuente en un peligro para el mantenimiento de la paz.
Mario Sanz Galacho
Naciones Unidas es una organización fundamental para garantizar nuestra supervivencia
Que sea una organización mejorable en algunos aspectos no quiere decir que sea fallida, o que haya que destruirla. Que el Consejo de Seguridad, y por consecuente el despliegue de operaciones de mantenimiento de paz dependa de Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia no significa que la resolución de un conflicto internacional sea imposible. Que el cumplimiento de los ODS haga que se genere un crecimiento económico sostenible no es lo mismo que la economía de un país decrezca. O que posibles casos de corrupción como el de John Ashe sucedan no nos avala para atacar el carácter democrático y representativo de la Organización.
Siendo mantener la paz y la seguridad internacional el objetivo fundamental de NNUU, muchos os preguntaréis por qué se ha iniciado un conflicto armado internacional entre Rusia y Ucrania a las puertas de Europa. La respuesta es sencilla, y es que el Estado es plenamente soberano y tiene en
su mano la gestión de su política exterior, con indiferencia de pertenecer a una organización pacífica como es NNUU.
Naciones Unidas hace lo que puede, en el ejercicio de sus funciones y en cumplimiento de su Carta. En estos más de seis meses de conflicto, la Asamblea General, órgano deliberativo, ha aprobado tres Resoluciones relativas a la invasión rusa de Ucrania en sesiones extraordinarias de emergencia.
La primera de ellas, del 2 de marzo, condenó la invasión y exigió a Putin la inmediata retirada de sus soldados. Contó sólo con los votos de Bielorrusia, Siria, Corea del Norte, Eritrea, y la propia Rusia en contra, y ciento cuarenta y uno a favor.
La segunda se dio el día 24 de ese mismo mes, y ponía su mira en los ataques de los rusos contra los objetos civiles, ya fuesen personas o bienes. Esta vez contó con los mismos votos en contra por parte de los mismos actores, y con un voto menos a favor. Francia y México quisieron presentar el proyecto de resolución ante el CS pero la presencia de Rusia en él lo impidió.
La última fue aprobada el 7 de abril, y supuso la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos por las continuas violaciones de estos. Sin embargo, hay que decir, tristemente, que contó con veinticuatro votos en contra, de ciento noventa y tres Estados que conforman la Organización. Estos Estados son aquellos que suelen ser objeto de acusaciones de lo mismo, vulneración de derechos humanos. Y es aquí donde podemos ver en términos históricos, un nuevo alineamiento internacional. Por un lado, Estados Unidos y los miembros de la OTAN y de la UE, y por otro, Rusia, China y sus comunes aliados africanos y de medio Oriente.
Y a pesar de que las Resoluciones de la AG no sean vinculantes, constituyen un gran avance en la resolución pacífica del conflicto, y muestran una clara unanimidad en la condena al régimen ruso. El derecho de veto de la Federación rusa en el CS hace que sea imposible emitir una Resolución desde este órgano, pero sin embargo nos permite presenciar una condena casi global hacia su actuación. Esto sin olvidar el cumplimiento de NNUU con su objetivo primero, que es evitar una tercera gran guerra, que de momento no ha llegado, sobre todo por la vigencia de la Destrucción Mutua Asegurada de la que Kissinger nos habla en su libro Orden Mundial.
En definitiva, NNUU es una organización internacional indispensable para garantizar la supervivencia de todos, y en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania podemos presenciar su imprescindibilidad. ¿Es conveniente acometer una serie de reformas? Yo diría que con mucho tacto, porque cualquier reforma que se haga puede derivar en un desequilibrio de poder importante, y por consecuente en un peligro para el mantenimiento de la paz.
Mario Sanz Galacho