Víctor Pla Cid – Mi más sentido pésame, Primera Ministra. – 9 de septiembre de 2022
Tras la caída del líder de los conservadores, el Reino Unido estaba en búsqueda del futuro Primer Ministro (PM) del país. El nuevo alto cargo político tendrá que hacer frente a un Reino Unido en medio de una recesión económica, unos precios de la energía escandalosamente altos, un Brexit que no acaba de funcionar como se esperaba y una guerra en Europa. Pero, en Downing Street, ya hay relevo para Boris Johnson: Mary Elizabeth “Liz” Truss. La exministra y exsecretaria de Estado ha sido la victoriosa de la contienda para el liderazgo de no sólo el partido conservador, sino también de toda la nación. Y se enfrenta también a un gran cambio para la sociedad: la muerte de la Reina Elizabeth II (1926-2022). Un (eventual) cambio en la Monarquía Británica, que parecía que nunca se acercaba, finalmente ha dado su hora. El Príncipe Charles será, si no hay ningún cambio, el nuevo monarca. Sin lugar a dudas, no es la mejor manera de empezar una legislatura.
Debido al Brexit y a su escaso desarrollo para la importación de GNL (gas natural líquido), las subidas de precio de las energías han superado, de largo, a la de las europeas. Tanto es así que la nueva PM ha decretado un techo máximo de gasto por familia en relación al consumo energético anual por valor de 2.900 libras, durante los dos próximos años. Con la reciente crisis energética que sufren las naciones europeas, Liz Truss quiere ir a por todas: vuelve el «fracking» y las licencias para la extracción de gas. La práctica del «fracking» se había vetado en 2019 durante el mandato de Theresa May y Boris Johnson (el cambio de mando se hizo en el mismo año). Truss también ha asegurado sus intenciones para que el país se convierta en un exportador neto de energías extraídas del Mar del Norte (generalmente gas) para 2040. La dependencia energética hacia Rusia o EEUU no es bien valorada últimamente.Pese a ello, afirma mantenerse fiel al compromiso de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y la reducción de la contaminación genérica (véase, por ejemplo, lumínica). Aún así, es priorizable la soberanía energética a corto plazo.
De corte fiscal cercano a Thatcher, la recién elegida líder tratará de reducir “drásticamente” los impuestos. También está pendiente de una cancelación de la subida de impuestos a corporaciones. Si dicha cancelación ocurriese, las arcas públicas dejarían de ingresos 30 billones de libras al año.
Pero es que, desgraciadamente, los problemas no terminan aquí. La deportación de migrantes ilegales a Rwanda, una crisis en el sistema público de ambulancias, una alta criminalidad en la capital o un coste de vida exageradamente caro (haciendo una ratio ingresos:coste) prometen ponerle muy difícil la presidencia a Elizabeth Truss.
En sus manos está el ser una Primera Ministra que pasará a la historia, o no.
«Sin lugar a dudas, no es la mejor manera de empezar una legislatura.»
Víctor Pla Cid – Mi más sentido pésame, Primera Ministra. – 9 de septiembre de 2022
Tras la caída del líder de los conservadores, el Reino Unido estaba en búsqueda del futuro Primer Ministro (PM) del país. El nuevo alto cargo político tendrá que hacer frente a un Reino Unido en medio de una recesión económica, unos precios de la energía escandalosamente altos, un Brexit que no acaba de funcionar como se esperaba y una guerra en Europa. Pero, en Downing Street, ya hay relevo para Boris Johnson: Mary Elizabeth “Liz” Truss.
La exministra y exsecretaria de Estado ha sido la victoriosa de la contienda para el liderazgo de no sólo el partido conservador, sino también de toda la nación. Y se enfrenta también a un gran cambio para la sociedad: la muerte de la Reina Elizabeth II (1926-2022). Un (eventual) cambio en la Monarquía Británica, que parecía que nunca se acercaba, finalmente ha dado su hora. El Príncipe Charles será, si no hay ningún cambio, el nuevo monarca. Sin lugar a dudas, no es la mejor manera de empezar una legislatura.
Debido al Brexit y a su escaso desarrollo para la importación de GNL (gas natural líquido), las subidas de precio de las energías han superado, de largo, a la de las europeas. Tanto es así que la nueva PM ha decretado un techo máximo de gasto por familia en relación al consumo energético anual por valor de 2.900 libras, durante los dos próximos años.
Con la reciente crisis energética que sufren las naciones europeas, Liz Truss quiere ir a por todas: vuelve el «fracking» y las licencias para la extracción de gas. La práctica del «fracking» se había vetado en 2019 durante el mandato de Theresa May y Boris Johnson (el cambio de mando se hizo en el mismo año). Truss también ha asegurado sus intenciones para que el país se convierta en un exportador neto de energías extraídas del Mar del Norte (generalmente gas) para 2040. La dependencia energética hacia Rusia o EEUU no es bien valorada últimamente.Pese a ello, afirma mantenerse fiel al compromiso de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y la reducción de la contaminación genérica (véase, por ejemplo, lumínica). Aún así, es priorizable la soberanía energética a corto plazo.
De corte fiscal cercano a Thatcher, la recién elegida líder tratará de reducir “drásticamente” los impuestos. También está pendiente de una cancelación de la subida de impuestos a corporaciones. Si dicha cancelación ocurriese, las arcas públicas dejarían de ingresos 30 billones de libras al año.
Pero es que, desgraciadamente, los problemas no terminan aquí. La deportación de migrantes ilegales a Rwanda, una crisis en el sistema público de ambulancias, una alta criminalidad en la capital o un coste de vida exageradamente caro (haciendo una ratio ingresos:coste) prometen ponerle muy difícil la presidencia a Elizabeth Truss.
En sus manos está el ser una Primera Ministra que pasará a la historia, o no.