No volvemos, no volvemos. No empezamos,no reempezamos.
Venimos con novedades, con cambios e incluso con caras nuevas que en breve se incorporarán. Tras un breve receso, tras estudio e insistencia, a lo comúnmente denominado como “la vuelta”. Pero nosotros no volvemos, nunca tenemos intención de volver, porque nunca nos queremos ir, porque jamás queremos dejar de hacer lo que hacemos. No volvemos, tan soloseguimos. No hemos perdido nuestras convicciones, no hemos perdido nuestra esencia ni abandonado nuestra naturaleza. Sostenemos la ambición inicial, la ilusión original y la idea fundacional.
Seguimos con el lema que nos dirige: “la pluma es la lengua del alma”. Emblema que con insaciable constancia nos recuerda el valor de las palabras, la belleza del lenguaje y el arte de su empleo. Efectivamente, como estandarte, frase de Miguel de Cervantes. El valor de cada palabra, la selección meticulosa de las mismas, la manifestación de la realidad mediante las mismas, traspasar un papel con unas sílabas, transformar la mente con unas letras. Primero, la excelencia en el alma, después, su reflejo con la pluma como medio. Como objetivo: Verum Libertas.
Para ello, fundamental, la conciencia de una responsabilidad individual plena, reflejado en el primer mensaje público dirigido a los escasos lectores de aquel inicial momento: “Porque la censura no determine nuestra mesura. Porque nuestro intelecto sea nuestro único aliento y con la realidad como última finalidad. Igual que en la vida misma, cada cual es responsable de sus actos; en Verum Libertas, cada autor es dueño y señor de lo que escriba”. Para forjar el alma, dirigir nuestro obrar, curtir nuestro pensar y con responsabilidad legar.
En definitiva, fruto de lo previo, lo único que hacemos, queremos hacer y haremos: Observar, analizar y reflexionar. Nada más, nada menos; tan solo esto. Pero con gratitud, excelencia, entrega y dedicación.
Observar. Que no es un acto sino un homenaje, que no es una cualidad sino un arte, que es sabio y estremecedor, relajado y ensordecedor, complejo y devastador.
Analizar. Consecuencia natural de observar, fruto de la paciencia, antesala de la ciencia y herramienta para concluir. Tan esencial como observar, virtud sinigual, frontera entre guiar o dejarse guiar.
Reflexionar. Culmen del proceso expuesto. No es nada por si mismo si no emana de sí un obrar. No es nada si no le precede un analizar, un observar.
Uno se prepara a sí mismo, primero observa, después analiza para poder reflexionar. Prepara el alma para que la pluma pueda ser fiel reflejo de la misma. Objetivo: Verum Libertas
«Seguimos observando, seguimos analizando, seguimos reflexionando. No volvemos, tan solo seguimos. esto hacemos»
AGA – Todo sigue igual – 9 de septiembre de 2022
Venimos con novedades, con cambios e incluso con caras nuevas que en breve se incorporarán. Tras un breve receso, tras estudio e insistencia, a lo comúnmente denominado como “la vuelta”. Pero nosotros no volvemos, nunca tenemos intención de volver, porque nunca nos queremos ir, porque jamás queremos dejar de hacer lo que hacemos. No volvemos, tan solo seguimos. No hemos perdido nuestras convicciones, no hemos perdido nuestra esencia ni abandonado nuestra naturaleza. Sostenemos la ambición inicial, la ilusión original y la idea fundacional.
Seguimos con el lema que nos dirige: “la pluma es la lengua del alma”. Emblema que con insaciable constancia nos recuerda el valor de las palabras, la belleza del lenguaje y el arte de su empleo. Efectivamente, como estandarte, frase de Miguel de Cervantes. El valor de cada palabra, la selección meticulosa de las mismas, la manifestación de la realidad mediante las mismas, traspasar un papel con unas sílabas, transformar la mente con unas letras. Primero, la excelencia en el alma, después, su reflejo con la pluma como medio. Como objetivo: Verum Libertas.
Para ello, fundamental, la conciencia de una responsabilidad individual plena, reflejado en el primer mensaje público dirigido a los escasos lectores de aquel inicial momento: “Porque la censura no determine nuestra mesura. Porque nuestro intelecto sea nuestro único aliento y con la realidad como última finalidad. Igual que en la vida misma, cada cual es responsable de sus actos; en Verum Libertas, cada autor es dueño y señor de lo que escriba”. Para forjar el alma, dirigir nuestro obrar, curtir nuestro pensar y con responsabilidad legar.
En definitiva, fruto de lo previo, lo único que hacemos, queremos hacer y haremos: Observar, analizar y reflexionar. Nada más, nada menos; tan solo esto. Pero con gratitud, excelencia, entrega y dedicación.
Observar. Que no es un acto sino un homenaje, que no es una cualidad sino un arte, que es sabio y estremecedor, relajado y ensordecedor, complejo y devastador.
Analizar. Consecuencia natural de observar, fruto de la paciencia, antesala de la ciencia y herramienta para concluir. Tan esencial como observar, virtud sinigual, frontera entre guiar o dejarse guiar.
Reflexionar. Culmen del proceso expuesto. No es nada por si mismo si no emana de sí un obrar. No es nada si no le precede un analizar, un observar.
Uno se prepara a sí mismo, primero observa, después analiza para poder reflexionar. Prepara el alma para que la pluma pueda ser fiel reflejo de la misma.
Objetivo: Verum Libertas