Francisco Provenzano Viñuales- Bilbao siempre ha estado cerca– 13 de Septiembre de 2022
La llegada de Septiembre y por ende el inicio de un nuevo curso político, ha traído consigo una serie de novedades que los apasionados por la política no podemos dejar pasar por alto. Una de estas novedades es la decisión del Partido Popular de iniciar una ronda de contactos con todas las formaciones del espectro político con la excepción de EH BILDU. La decisión de los populares puede ser entendida como una decisión estratégica de cara a las elecciones generales del próximo año. Y si analizamos este suceso desde una perspectiva electoral, toma una importancia significativa la reunión que mantendrán el presidente de los populares Alberto Núñez Feijóo y el presidente del PNV Andoni Ortuzar.
Esta reunión debe ser entendida, como un paso más dado por la nueva directiva popular en pos de ampliar su abanico de posibles alianzas y no depender únicamente de Vox, en el hipotético caso de que los de Génova sean el partido más votado en las elecciones generales pero no alcancen la tan ansiada mayoría absoluta. Pero el análisis de la relación entre populares y jeltzales no puede ser reducida al mero hecho de un hipotético pacto electoral , ya que pese a las idas y venidas a lo largo del tiempo, ambos partidos han sabido beneficiarse mutuamente de esta relación, además de compartir posiciones muy cercanas en algunas cuestiones, especialmente en el área económica . En cuanto a las diferencias, la principal división radica en el modelo de estado y la posición nacionalista que defienden desde Sabin Etxea, sede del Partido Nacionalista Vasco, y que las filas populares rechazan de forma contundente.
La relación vivió sus mejores momentos cuando el ex presidente popular José María Aznar fue investido con el apoyo de los diputados jeltzales, y a cambio del apoyo brindado el gobierno central aprobó el Nuevo Concierto Económico Vasco y la transferencia de competencias al gobierno autonómico. Las horas más oscuras en la historia de esta relación se vivieron luego de que los diputados del PNV apoyaran la moción de censura contra él entonces Presidente del Gobierno, el popular Mariano Rajoy. Pero el cambio de etapa en el PP propiciado por la salida del presidente del partido Pablo Casado y del secretario general Teodoro García Egea sentaron las bases para un acercamiento entre Génova 13 y Sabin Etxea.
Una de las principales características de esta nueva etapa es la determinación de los dirigentes en convertir al PP nuevamente en la fuerza más votada a nivel nacional y preparar la llegada del líder gallego al Palacio de la Moncloa. Pero para que esto ocurra es necesario que el Partido Popular mejore sus resultados electorales en Euskadi y Cataluña. Uno de los principales obstáculos al que se enfrentan los populares en Euskadi,es la mala relación con el PNV, surgida tras el apoyo otorgado por los Jeltzales a la moción de censura que desbancó a Mariano Rajoy del poder, y el acercamiento de la formación popular hacia Vox desarrollado durante la etapa de Pablo Casado. Desde el PNV y el resto de las formaciones políticas vascas , ven a Vox como un peligro para la democracia y el Estado de las Autonomías, por esto mismo los herederos de Alianza Popular saben que si quieren mejorar su relación con el electorado vasco deben marcar distancias con Vox y su discurso.
El futuro del PP y el PNV en Euskadi están estrechamente relacionados. Ambas formaciones están ante una encrucijada, los populares tienen que decidir si continúan manteniendo un rechazo frontal a cualquier tipo de negociación con los partidos nacionalistas y se mantienen inflexibles ante ciertas cuestiones relacionadas con el nacionalismo y la cuestión lingüística, o bien optan por mantener una posición más vasquista y más sensible a las particularidades derivadas de la identidad propia vasca. Esta última opción significa la defensa del modelo de regionalismo moderado por parte de los populares, una posición muy similar a la mantenida por el Partido Popular de Galicia y que tanto éxito ha tenido, pero sin olvidar que son dos regiones muy diferentes y con problemas muy distintos. Un PP Vasco, más vasquista supondría un acercamiento natural con la formación jeltzale.
Por el lado del PNV, los liderados por Andoni Ortuzar deben decidir qué rumbo deben tomar, decisión condicionada por la amenaza que representa EH BILDU a su hegemonía dentro de la política vasca. Ya que algunas encuestas vaticinan una situación cercana a un empate entre ambas formaciones en Gipuzkoa. La directiva del PNV, debe decidir si continúan defendiendo las tesis del nacionalismo moderado o radicalizan su discurso en cuanto al nacionalismo para disputarse con EH BILDU, un segmento del electorado muy identificado con el independentismo vasco. El partido del Lehendakari Urkullu, también debe decidir si mantiene el apoyo al gobierno del presidente Pedro Sánchez, en búsqueda de obtener los beneficios prometidos para su Comunidad o si buscan un acercamiento con un histórico aliado como ha sido el PP, de cara a las próximas elecciones.
Considero que lo mejor que le puede pasar a la sociedad vasca y al conjunto de la nación española es un acercamiento entre el Partido Popular y el Partido Nacionalista Vasco, y para que esto suceda es necesario que prime la moderación, el entendimiento y el respeto por las formas. Un PNV moderado, centrado en la gestión y decidido a dejar de lado cuestiones que dividen a la sociedad, puede constituir un dique de contención frente al avance del discurso radical defendido por la Izquierda abertzale en Euskadi. Que los Jeltzales centren su gestión en las cuestiones económicas, en el desarrollo de las competencias atribuidas por el sistema autonómico ,en la adaptación del entramado industrial vasco de cara al futuro y en la defensa de una identidad singular vasca dentro de la nación española es imprescindible para la prosperidad futura de Euskadi. Confío plenamente, en la capacidad de gestión del partido de Andoni Ortuzar, pero lo que no se puede permitir es dejar de lado todas estas cuestiones de vital importancia para dedicarse a fomentar un discurso que divide a la sociedad y que reduce el enorme potencial de crecimiento que históricamente ha tenido esta hermosa región.
En cuanto a los populares, estos deben desarrollar una estrategia que acerque a esta formación al electorado vasco, y convencer a la clase empresarial vasca y al conjunto de la sociedad, de que la llegada al poder de Núñez Feijóo asegurara el crecimiento económico de Euskadi, y que las relaciones entre el gobierno central y el regional se mantendrán de manera cordial y constructiva. Un claro ejemplo del potencial de colaboración que existe entre ambas formaciones, es el trabajo en conjunto realizado ante la Unión Europea entre Feijóo como presidente de la Xunta de Galicia e Iñigo Urkullu como Lehendakari, en defensa de la industria naval y los astilleros de ambas comunidades autónomas.
El análisis de esta situación me ha llevado a reflexionar acerca del futuro de ambas formaciones, el futuro de Euskadi y el del conjunto de la nación española. En los últimos años, la política española ha sufrido un proceso de fragmentación y polarización, con la ruptura del bipartidismo, la aparición de nuevos partidos y las consecuencias de la deriva independentista del gobierno catalán. Esto no ha hecho más que profundizar las diferencias y divisiones entre los diferentes sectores de la sociedad, y reducir el potencial de cooperación y colaboración entre estos . En un período tan decisivo como el actual, el PP y el PNV tienen una oportunidad histórica de tender puentes y demostrar que desde la moderación, el diálogo, el entendimiento y el respeto, se puede construir un futuro mejor. Porque ambos partidos, desde la moderación tienen que dar voz a una amplia mayoría de los vascos que se sienten vascos y españoles. Y trabajar en pos de alcanzar un futuro de prosperidad donde los gritos de Viva España y Gora Euskadi no sean incompatibles, sino complementarios.
« Un PNV moderado, centrado en la gestión y decidido a dejar de lado cuestiones que dividen a la sociedad, puede constituir un dique de contención frente al avance del discurso radical defendido por la Izquierda abertzale en Euskadi »
Francisco Provenzano Viñuales- Bilbao siempre ha estado cerca– 13 de Septiembre de 2022
La llegada de Septiembre y por ende el inicio de un nuevo curso político, ha traído consigo una serie de novedades que los apasionados por la política no podemos dejar pasar por alto. Una de estas novedades es la decisión del Partido Popular de iniciar una ronda de contactos con todas las formaciones del espectro político con la excepción de EH BILDU. La decisión de los populares puede ser entendida como una decisión estratégica de cara a las elecciones generales del próximo año. Y si analizamos este suceso desde una perspectiva electoral, toma una importancia significativa la reunión que mantendrán el presidente de los populares Alberto Núñez Feijóo y el presidente del PNV Andoni Ortuzar.
Esta reunión debe ser entendida, como un paso más dado por la nueva directiva popular en pos de ampliar su abanico de posibles alianzas y no depender únicamente de Vox, en el hipotético caso de que los de Génova sean el partido más votado en las elecciones generales pero no alcancen la tan ansiada mayoría absoluta. Pero el análisis de la relación entre populares y jeltzales no puede ser reducida al mero hecho de un hipotético pacto electoral , ya que pese a las idas y venidas a lo largo del tiempo, ambos partidos han sabido beneficiarse mutuamente de esta relación, además de compartir posiciones muy cercanas en algunas cuestiones, especialmente en el área económica . En cuanto a las diferencias, la principal división radica en el modelo de estado y la posición nacionalista que defienden desde Sabin Etxea, sede del Partido Nacionalista Vasco, y que las filas populares rechazan de forma contundente.
La relación vivió sus mejores momentos cuando el ex presidente popular José María Aznar fue investido con el apoyo de los diputados jeltzales, y a cambio del apoyo brindado el gobierno central aprobó el Nuevo Concierto Económico Vasco y la transferencia de competencias al gobierno autonómico. Las horas más oscuras en la historia de esta relación se vivieron luego de que los diputados del PNV apoyaran la moción de censura contra él entonces Presidente del Gobierno, el popular Mariano Rajoy. Pero el cambio de etapa en el PP propiciado por la salida del presidente del partido Pablo Casado y del secretario general Teodoro García Egea sentaron las bases para un acercamiento entre Génova 13 y Sabin Etxea.
Una de las principales características de esta nueva etapa es la determinación de los dirigentes en convertir al PP nuevamente en la fuerza más votada a nivel nacional y preparar la llegada del líder gallego al Palacio de la Moncloa. Pero para que esto ocurra es necesario que el Partido Popular mejore sus resultados electorales en Euskadi y Cataluña. Uno de los principales obstáculos al que se enfrentan los populares en Euskadi,es la mala relación con el PNV, surgida tras el apoyo otorgado por los Jeltzales a la moción de censura que desbancó a Mariano Rajoy del poder, y el acercamiento de la formación popular hacia Vox desarrollado durante la etapa de Pablo Casado. Desde el PNV y el resto de las formaciones políticas vascas , ven a Vox como un peligro para la democracia y el Estado de las Autonomías, por esto mismo los herederos de Alianza Popular saben que si quieren mejorar su relación con el electorado vasco deben marcar distancias con Vox y su discurso.
El futuro del PP y el PNV en Euskadi están estrechamente relacionados. Ambas formaciones están ante una encrucijada, los populares tienen que decidir si continúan manteniendo un rechazo frontal a cualquier tipo de negociación con los partidos nacionalistas y se mantienen inflexibles ante ciertas cuestiones relacionadas con el nacionalismo y la cuestión lingüística, o bien optan por mantener una posición más vasquista y más sensible a las particularidades derivadas de la identidad propia vasca. Esta última opción significa la defensa del modelo de regionalismo moderado por parte de los populares, una posición muy similar a la mantenida por el Partido Popular de Galicia y que tanto éxito ha tenido, pero sin olvidar que son dos regiones muy diferentes y con problemas muy distintos. Un PP Vasco, más vasquista supondría un acercamiento natural con la formación jeltzale.
Por el lado del PNV, los liderados por Andoni Ortuzar deben decidir qué rumbo deben tomar, decisión condicionada por la amenaza que representa EH BILDU a su hegemonía dentro de la política vasca. Ya que algunas encuestas vaticinan una situación cercana a un empate entre ambas formaciones en Gipuzkoa. La directiva del PNV, debe decidir si continúan defendiendo las tesis del nacionalismo moderado o radicalizan su discurso en cuanto al nacionalismo para disputarse con EH BILDU, un segmento del electorado muy identificado con el independentismo vasco. El partido del Lehendakari Urkullu, también debe decidir si mantiene el apoyo al gobierno del presidente Pedro Sánchez, en búsqueda de obtener los beneficios prometidos para su Comunidad o si buscan un acercamiento con un histórico aliado como ha sido el PP, de cara a las próximas elecciones.
Considero que lo mejor que le puede pasar a la sociedad vasca y al conjunto de la nación española es un acercamiento entre el Partido Popular y el Partido Nacionalista Vasco, y para que esto suceda es necesario que prime la moderación, el entendimiento y el respeto por las formas. Un PNV moderado, centrado en la gestión y decidido a dejar de lado cuestiones que dividen a la sociedad, puede constituir un dique de contención frente al avance del discurso radical defendido por la Izquierda abertzale en Euskadi. Que los Jeltzales centren su gestión en las cuestiones económicas, en el desarrollo de las competencias atribuidas por el sistema autonómico ,en la adaptación del entramado industrial vasco de cara al futuro y en la defensa de una identidad singular vasca dentro de la nación española es imprescindible para la prosperidad futura de Euskadi. Confío plenamente, en la capacidad de gestión del partido de Andoni Ortuzar, pero lo que no se puede permitir es dejar de lado todas estas cuestiones de vital importancia para dedicarse a fomentar un discurso que divide a la sociedad y que reduce el enorme potencial de crecimiento que históricamente ha tenido esta hermosa región.
En cuanto a los populares, estos deben desarrollar una estrategia que acerque a esta formación al electorado vasco, y convencer a la clase empresarial vasca y al conjunto de la sociedad, de que la llegada al poder de Núñez Feijóo asegurara el crecimiento económico de Euskadi, y que las relaciones entre el gobierno central y el regional se mantendrán de manera cordial y constructiva. Un claro ejemplo del potencial de colaboración que existe entre ambas formaciones, es el trabajo en conjunto realizado ante la Unión Europea entre Feijóo como presidente de la Xunta de Galicia e Iñigo Urkullu como Lehendakari, en defensa de la industria naval y los astilleros de ambas comunidades autónomas.
El análisis de esta situación me ha llevado a reflexionar acerca del futuro de ambas formaciones, el futuro de Euskadi y el del conjunto de la nación española. En los últimos años, la política española ha sufrido un proceso de fragmentación y polarización, con la ruptura del bipartidismo, la aparición de nuevos partidos y las consecuencias de la deriva independentista del gobierno catalán. Esto no ha hecho más que profundizar las diferencias y divisiones entre los diferentes sectores de la sociedad, y reducir el potencial de cooperación y colaboración entre estos . En un período tan decisivo como el actual, el PP y el PNV tienen una oportunidad histórica de tender puentes y demostrar que desde la moderación, el diálogo, el entendimiento y el respeto, se puede construir un futuro mejor. Porque ambos partidos, desde la moderación tienen que dar voz a una amplia mayoría de los vascos que se sienten vascos y españoles. Y trabajar en pos de alcanzar un futuro de prosperidad donde los gritos de Viva España y Gora Euskadi no sean incompatibles, sino complementarios.