Francisco Provenzano Viñuales – De Reino a Comunidad Foral– 20 de Septiembre de 2022
Quienes consideramos el conocimiento de la historia como una herramienta de vital importancia, para poder entender las características y fenómenos propios de nuestro presente, somos cada vez menos. Esta es una de las razones por la cual he decidido escribir este artículo, que busca promover un mayor conocimiento de la historia navarra la cual está estrechamente relacionada con la historia de las tres provincias vascas , y con la del conjunto de la nación española.
En la actualidad cuando hablamos de la Comunidad Foral de Navarra, hablamos de una entidad política dentro del sistema autonómico español, en la que viven 645.000 habitantes y se extiende por una superficie de más de 10.000 kilómetros cuadrados. Pero el presente de Navarra, es una etapa más de un proceso de continuidad histórica que ha forjado una identidad singular navarra, que tiene como eje central la defensa de los fueros y las libertades del pueblo navarro. El análisis de esta continuidad histórica se centrará en los sucesivos cambios con respecto a las diferentes entidades políticas que surgieron en Navarra, la relación de esta región con los territorios vascos y la Baja Navarra, la importancia del Euskera como lengua propia y la naturaleza pactista de la relación entre el estado español y Navarra.
La proclamación de Íñigo Arista como caudillo de los Vascones en el año 824 de nuestra era, y la creación del Reino de Pamplona años más tarde fueron el comienzo de una larga etapa que duró hasta la invasión castellana en 1512. Durante esta etapa el reino alcanzó su mayor extensión geográfica y se crearon muchas de las instituciones y normas que dieron forma a la identidad navarra. Como por ejemplo la Diputación del Reino o la Cámara de Comptos.
En el año 1512, Fernando el Católico decidió la invasión de Navarra por las tropas castellanas, alegando como motivo la cercana relación entre el Reino Pirenaico y la Corona Francesa, que era el principal enemigo de la Corona Castellana. Pese a la invasión castellana y la posterior anexión como reino independiente a la Corona de Castilla en 1515, el Reino de Navarra mantuvo sus fueros e instituciones. De hecho los reyes castellanos debían jurar defender y mejorar los fueros. La principal consecuencia de la integración del Reino en la Corona de Castilla, fue la división entre la Alta Navarra y la Baja Navarra, esta última acabaría integrándose en el estado francés y en la actualidad forma parte del departamento francés de los Pirineos Atlánticos.
Esta situación perduró en el tiempo hasta el año 1839 con la finalización de la primera guerra Carlista y la aprobación de la Ley de Confirmación de los Fueros, lo que llevó a que el gobierno navarro pactase en 1841 con el gobierno central la Ley Paccionada de Modificación de Fueros de Navarra a través de la cual Navarra perdía su condición de reino y se integraba en el sistema constitucional español como una provincia más, aunque manteniendo un alto grado de autogobierno en lo relacionado con la Fiscalidad, las cuestiones administrativas y el derecho privado. Situación que perdurará a través de los sucesivos gobiernos hasta la sanción de la Constitución de 1978 y de la Ley de Reintegración y Amejoramiento del Fuero en 1982, que tiene como principal consecuencia la creación de la Comunidad Foral de Navarra.
Esta breve explicación de la evolución histórica da cuenta de la singular relación entre las instituciones navarras y el gobierno central a lo largo del tiempo, y de la naturaleza pactista de la misma. La predisposición por parte de los navarros a negociar en 1839 y en 1841, permitieron la integración de esta región en el orden constitucional sin que esto conlleve la pérdida de los fueros. Y esta naturaleza pactista, toma una relevancia especial en la actualidad cuando desde algunos sectores se considera la foralidad como un privilegio del pasado que no debe continuar existiendo. Desde mi punto de vista el hecho de que el encaje del antiguo reino en el Estado Español haya sido pactado entre ambas partes, lo que otorga legitimidad a la condición foral de Navarra y desecha la posibilidad de que esto constituya un privilegio, ya que fue un acuerdo alcanzado por ambas partes y no ha sido una decisión tomada unilateralmente por parte del gobierno español de forma arbitraria. Esta situación deriva en la imposibilidad de la abolición de los fueros por parte del Gobierno español sin alcanzar un acuerdo con el Gobierno de Navarra.
En la actualidad, Navarra no solamente ha alcanzado un alto grado de autogobierno gracias al amejoramiento de los fueros, sino también gracias a la atribución de las competencias que le corresponden como Comunidad Autónoma. Sin embargo la Comunidad Foral, no ha solicitado todavía la transferencia de todas las competencias que le corresponden, lo que significa que todavía puede seguir extendiendo su grado de autogobierno bajo el amparo de la Constitución española.
Dentro del análisis del presente navarro, toma una gran importancia la relación con la Comunidad Autónoma Vasca y una hipotética integración en esta última, estipulada por la constitución, pero muy difícil de alcanzar en la práctica. Si bien estas dos regiones mantienen una identidad y una estructura política distinta, también comparten una cultura común derivada de la herencia vascona, el idioma Euskera y una proximidad geográfica e histórica. Esta relación surge alrededor del siglo V de nuestra era, cuando los Vascones asentados en Navarra realizaron incursiones en el territorio al que hoy llamamos Euskadi y vasconizaron a las tribus que allí vivían. En el Siglo XIII la integración de los territorios vascongados en el Reino de Castilla separa el destino de ambas regiones. Que recorren caminos separados hasta la integración del Reino de Navarra en la corona de Castilla. Es importante destacar que a diferencia de la situación navarra, las tres provincias vascas nunca habían tenido una entidad política común hasta la creación de la Comunidad Autónoma Vasca. Con la excepción de un breve periodo de tiempo durante la Guerra Civil. Por eso resulta difícil de entender como algunas formaciones políticas defienden como un hecho natural y necesario la integración de Navarra en la Comunidad Autónoma Vasca sin tener en cuenta la riqueza de su historia como entidad política independiente y la existencia de una identidad navarra distintiva.
Con respecto a la situación actual del Euskera y su implantación en la geografía navarra, es imprescindible realizar un análisis profundo que sea ajeno a los intereses políticos. El Euskera es un idioma originario de Navarra, y que en su máximo apogeo durante los siglos XV y XVI era un idioma hablado y entendido por la mayoría de la población navarra, en casi toda la totalidad del territorio. Con el paso del tiempo fue perdiendo terreno frente al idioma castellano, y el uso del mismo se concentró en la parte norte de Navarra. En el presente y debido a la aglutinación de la defensa del Euskera y la identidad vasca en torno a la Comunidad Autónoma Vasca, desde algunos sectores de la población Navarra se considera todo lo vasco como algo que proviene de fuera, y con lo que se busca destruir la identidad propia del antiguo reino. Esto se ve reflejado a través de los datos acerca del número de vascoparlantes y personas que entienden el idioma en ambas Comunidades Autónomas. Si bien es verdad que en los últimos años el número de personas que hablan y entienden la lengua vascuence ha crecido en ambas comunidades, en Euskadi el crecimiento ha sido mucho mayor, sobre todo en provincias como Álava donde el número de vascoparlantes históricamente se había mantenido en niveles muy bajos. Esto se debe a la oficialidad del Euskera en toda la Comunidad Autónoma Vasca y su promoción por parte del gobierno. A diferencia de la situación de la Comunidad Foral, donde solamente es considerado oficial en las zonas vascoparlantes, donde vive un escaso 10% de la población.
A modo de conclusión me gustaría dejar una serie de reflexiones acerca del futuro de la Comunidad Foral. Una vez más en su larga historia, los navarros se encuentran divididos. Esta vez debido a las diferentes posturas sostenidas acerca de su identidad propia y la relación con la Comunidad Autónoma Vasca. Desde mi punto de vista considero que los diferentes sectores deben dejar las divisiones de lado y concentrarse en la defensa, el respeto y la promoción de la identidad navarra, incluyendo dentro de la misma el Euskera y la cultura vasca sin que esto signifique apoyar la integración de Navarra en Euskadi. Y fortalecer los lazos con esta última a través de las instituciones propias de cada Comunidad y los canales establecidos. El patrimonio histórico, cultural y lingüístico de Navarra no puede ser dilapidado por tensiones políticas, derivadas de un escaso conocimiento de la historia por parte de los diferentes actores políticos. En último lugar me gustaría destacar que me hubiese resultado imposible escribir este artículo sin la lectura previa de “NAVARRA MILENARIA, Una mirada a su historia y a su futuro” del autor Luis Ordoki Urdazi. De la cual he obtenido multiplicidad de datos que he utilizado para poder escribir este artículo.
«Resulta difícil de entender como algunas formaciones políticas defienden como un hecho natural y necesario, la integración de Navarra en la Comunidad Autónoma Vasca, sin tener en cuenta la riqueza de su historia como entidad política independiente y la existencia de una identidad navarra distintiva»
Francisco Provenzano Viñuales – De Reino a Comunidad Foral– 20 de Septiembre de 2022
Quienes consideramos el conocimiento de la historia como una herramienta de vital importancia, para poder entender las características y fenómenos propios de nuestro presente, somos cada vez menos. Esta es una de las razones por la cual he decidido escribir este artículo, que busca promover un mayor conocimiento de la historia navarra la cual está estrechamente relacionada con la historia de las tres provincias vascas , y con la del conjunto de la nación española.
En la actualidad cuando hablamos de la Comunidad Foral de Navarra, hablamos de una entidad política dentro del sistema autonómico español, en la que viven 645.000 habitantes y se extiende por una superficie de más de 10.000 kilómetros cuadrados. Pero el presente de Navarra, es una etapa más de un proceso de continuidad histórica que ha forjado una identidad singular navarra, que tiene como eje central la defensa de los fueros y las libertades del pueblo navarro. El análisis de esta continuidad histórica se centrará en los sucesivos cambios con respecto a las diferentes entidades políticas que surgieron en Navarra, la relación de esta región con los territorios vascos y la Baja Navarra, la importancia del Euskera como lengua propia y la naturaleza pactista de la relación entre el estado español y Navarra.
La proclamación de Íñigo Arista como caudillo de los Vascones en el año 824 de nuestra era, y la creación del Reino de Pamplona años más tarde fueron el comienzo de una larga etapa que duró hasta la invasión castellana en 1512. Durante esta etapa el reino alcanzó su mayor extensión geográfica y se crearon muchas de las instituciones y normas que dieron forma a la identidad navarra. Como por ejemplo la Diputación del Reino o la Cámara de Comptos.
En el año 1512, Fernando el Católico decidió la invasión de Navarra por las tropas castellanas, alegando como motivo la cercana relación entre el Reino Pirenaico y la Corona Francesa, que era el principal enemigo de la Corona Castellana. Pese a la invasión castellana y la posterior anexión como reino independiente a la Corona de Castilla en 1515, el Reino de Navarra mantuvo sus fueros e instituciones. De hecho los reyes castellanos debían jurar defender y mejorar los fueros. La principal consecuencia de la integración del Reino en la Corona de Castilla, fue la división entre la Alta Navarra y la Baja Navarra, esta última acabaría integrándose en el estado francés y en la actualidad forma parte del departamento francés de los Pirineos Atlánticos.
Esta situación perduró en el tiempo hasta el año 1839 con la finalización de la primera guerra Carlista y la aprobación de la Ley de Confirmación de los Fueros, lo que llevó a que el gobierno navarro pactase en 1841 con el gobierno central la Ley Paccionada de Modificación de Fueros de Navarra a través de la cual Navarra perdía su condición de reino y se integraba en el sistema constitucional español como una provincia más, aunque manteniendo un alto grado de autogobierno en lo relacionado con la Fiscalidad, las cuestiones administrativas y el derecho privado. Situación que perdurará a través de los sucesivos gobiernos hasta la sanción de la Constitución de 1978 y de la Ley de Reintegración y Amejoramiento del Fuero en 1982, que tiene como principal consecuencia la creación de la Comunidad Foral de Navarra.
Esta breve explicación de la evolución histórica da cuenta de la singular relación entre las instituciones navarras y el gobierno central a lo largo del tiempo, y de la naturaleza pactista de la misma. La predisposición por parte de los navarros a negociar en 1839 y en 1841, permitieron la integración de esta región en el orden constitucional sin que esto conlleve la pérdida de los fueros. Y esta naturaleza pactista, toma una relevancia especial en la actualidad cuando desde algunos sectores se considera la foralidad como un privilegio del pasado que no debe continuar existiendo. Desde mi punto de vista el hecho de que el encaje del antiguo reino en el Estado Español haya sido pactado entre ambas partes, lo que otorga legitimidad a la condición foral de Navarra y desecha la posibilidad de que esto constituya un privilegio, ya que fue un acuerdo alcanzado por ambas partes y no ha sido una decisión tomada unilateralmente por parte del gobierno español de forma arbitraria. Esta situación deriva en la imposibilidad de la abolición de los fueros por parte del Gobierno español sin alcanzar un acuerdo con el Gobierno de Navarra.
En la actualidad, Navarra no solamente ha alcanzado un alto grado de autogobierno gracias al amejoramiento de los fueros, sino también gracias a la atribución de las competencias que le corresponden como Comunidad Autónoma. Sin embargo la Comunidad Foral, no ha solicitado todavía la transferencia de todas las competencias que le corresponden, lo que significa que todavía puede seguir extendiendo su grado de autogobierno bajo el amparo de la Constitución española.
Dentro del análisis del presente navarro, toma una gran importancia la relación con la Comunidad Autónoma Vasca y una hipotética integración en esta última, estipulada por la constitución, pero muy difícil de alcanzar en la práctica. Si bien estas dos regiones mantienen una identidad y una estructura política distinta, también comparten una cultura común derivada de la herencia vascona, el idioma Euskera y una proximidad geográfica e histórica. Esta relación surge alrededor del siglo V de nuestra era, cuando los Vascones asentados en Navarra realizaron incursiones en el territorio al que hoy llamamos Euskadi y vasconizaron a las tribus que allí vivían. En el Siglo XIII la integración de los territorios vascongados en el Reino de Castilla separa el destino de ambas regiones. Que recorren caminos separados hasta la integración del Reino de Navarra en la corona de Castilla. Es importante destacar que a diferencia de la situación navarra, las tres provincias vascas nunca habían tenido una entidad política común hasta la creación de la Comunidad Autónoma Vasca. Con la excepción de un breve periodo de tiempo durante la Guerra Civil. Por eso resulta difícil de entender como algunas formaciones políticas defienden como un hecho natural y necesario la integración de Navarra en la Comunidad Autónoma Vasca sin tener en cuenta la riqueza de su historia como entidad política independiente y la existencia de una identidad navarra distintiva.
Con respecto a la situación actual del Euskera y su implantación en la geografía navarra, es imprescindible realizar un análisis profundo que sea ajeno a los intereses políticos. El Euskera es un idioma originario de Navarra, y que en su máximo apogeo durante los siglos XV y XVI era un idioma hablado y entendido por la mayoría de la población navarra, en casi toda la totalidad del territorio. Con el paso del tiempo fue perdiendo terreno frente al idioma castellano, y el uso del mismo se concentró en la parte norte de Navarra. En el presente y debido a la aglutinación de la defensa del Euskera y la identidad vasca en torno a la Comunidad Autónoma Vasca, desde algunos sectores de la población Navarra se considera todo lo vasco como algo que proviene de fuera, y con lo que se busca destruir la identidad propia del antiguo reino. Esto se ve reflejado a través de los datos acerca del número de vascoparlantes y personas que entienden el idioma en ambas Comunidades Autónomas. Si bien es verdad que en los últimos años el número de personas que hablan y entienden la lengua vascuence ha crecido en ambas comunidades, en Euskadi el crecimiento ha sido mucho mayor, sobre todo en provincias como Álava donde el número de vascoparlantes históricamente se había mantenido en niveles muy bajos. Esto se debe a la oficialidad del Euskera en toda la Comunidad Autónoma Vasca y su promoción por parte del gobierno. A diferencia de la situación de la Comunidad Foral, donde solamente es considerado oficial en las zonas vascoparlantes, donde vive un escaso 10% de la población.
A modo de conclusión me gustaría dejar una serie de reflexiones acerca del futuro de la Comunidad Foral. Una vez más en su larga historia, los navarros se encuentran divididos. Esta vez debido a las diferentes posturas sostenidas acerca de su identidad propia y la relación con la Comunidad Autónoma Vasca. Desde mi punto de vista considero que los diferentes sectores deben dejar las divisiones de lado y concentrarse en la defensa, el respeto y la promoción de la identidad navarra, incluyendo dentro de la misma el Euskera y la cultura vasca sin que esto signifique apoyar la integración de Navarra en Euskadi. Y fortalecer los lazos con esta última a través de las instituciones propias de cada Comunidad y los canales establecidos. El patrimonio histórico, cultural y lingüístico de Navarra no puede ser dilapidado por tensiones políticas, derivadas de un escaso conocimiento de la historia por parte de los diferentes actores políticos. En último lugar me gustaría destacar que me hubiese resultado imposible escribir este artículo sin la lectura previa de “NAVARRA MILENARIA, Una mirada a su historia y a su futuro” del autor Luis Ordoki Urdazi. De la cual he obtenido multiplicidad de datos que he utilizado para poder escribir este artículo.