José Joaquín Casavilla Calvo/El Melancólico – Un Mundo Feliz – 10 de octubre de 2022
Un Mundo Feliz es una obra literaria de Aldous Huxley en la que se narra un mundo distópico en el que existe un sistema de coacción distinto al de la fuerza bruta, se trata el abandono de la cultura. El autor utiliza la obra para lanzar una crítica feroz contra el presunto sistema capitalista y liberal, por el que Huxley sentía aversión.
La obra de Huxley es de lo más interesante, puesto que plantea un escenario distópico de lo más similar a nuestro presente.
Indudablemente es un intelectual brillante bastante adelantado a su época, no obstante, discrepo con él en varios aspectos puesto que él trata de mostrar un concepto en el que el Liberalismo y el Capitalismo son una distopía. Sin embargo, a mi modesta impresión Huxley no entiende o parece no entender realmente que es el liberalismo y el capitalismo. Mediante este artículo pretendo dar un enfoque distinto a la obra.
A lo largo de la obra podemos contemplar el trato de un concepto de imposición tácita, sin embargo, podemos apreciar fenómenos como en el que el enamoramiento de John por Lenina y en ciertos puntos su esclavitud ante sus sentimientos como diría Freud.
Por tanto, para empezar Huxley sigue la premisa de que somos esclavos, no existiendo un concepto de libertad pura. Y es por ello por lo que no deberíamos olvidar que también lo seríamos de nuestras circunstancias como seres vivos con limitaciones, puesto que del mismo modo que expresaría José Ortega y Gasset, «Yo soy yo y mis circunstancias».
El liberalismo pese a haber tenido una gran evolución histórica y amparar un gran espectro ideológico, destaca por ser el respeto irrestricto del proyecto del prójimo. En palabras simples, vivir y dejar vivir. Según John Locke en el liberalismo destacan tres valores que recalca como los fundamentales, vida, libertad y propiedad privada.
A lo largo de la obra parece que se respeta la propiedad privada, no obstante, hay una ausencia de libertad plena en el que se condiciona a los individuos a no poder llevar a cabo sus proyectos vitales como deseen en sus circunstancias imponiéndoles predestinadamente un «estamento» en el que no se les permite a los individuos desarrollarse como deseen, no teniendo ningún tipo de movilidad social.
Todo individuo tiene una circunstancia de la que parte, no obstante, en este sistema, este hecho no puede ser cambiado, a diferencia de un sistema capitalista y liberal.
Me resulta bastante llamativo lo referido a la predestinación, pudiéndose recordar así a los babilonios, quienes separaban a las familias de los pueblos conquistados, para de este modo despojarlos de su identidad y significado. Dotando así a los individuos de un nuevo fin que era moldeado por los mismos Babilonios.
Del mismo modo no se permite la desasociación de estos estamentos.Otro elemento que resalta, es el del Estado mundial, organización o sistema político que impone ciertas circunstancias en todo el mundo usando la coercividad cuando impiden a los niños leer mediante adoctrinamiento o sírvame de ejemplo cuando la policía rocía a nuestros protagonistas con Soma en agua, cuestión que no parece que tenga mucho que ver con el liberalismo cuyas vertientes más extremas abrazan el anarquismo en su sentido pleno.
Un Estado mundial es el sistema más antiliberal y anticapitalista que puede haber atentando directamente contra el sistema de separación de poderes, y promoviendo la homogeneidad frente al individualismo, voluntarismo y la ética de cada individuo.
Paradójicamente trata el concepto de Estado mundial como algo negativo un trotskista cuya ideología promueve esto mismo, pero entiendo que al no ser de corte socialista le genere repulsión. Los seres humanos somos animales racionales y precisamos de la libertad pues pese a vivir en sociedad y en las circunstancias sociales con las que nacemos o nos criamos, tenemos una soberanía y capacidad de agencia respecto a nuestras vidas. Los individuos somos plenos de derecho.
Somos y hemos de ser soberanos de nuestros proyectos vitales siempre, y por tanto, dado que vivimos en sociedad tenemos que ser respetuosos con el proyecto vital del resto de particulares que integran la sociedad.
Una vez expresado por qué Un Mundo Feliz no es liberal, comprobemos si es Capitalista. El capitalismo es un sistema de organización de los medios de producción en individuos o medios privados. Y este sistema se da a conocer en La Riqueza de las Naciones de Adam Smith, en el año 1776. Pese a ser cuestionable muchos postulados de Smith y el mundo anglosajón que no entienden la teoría del valor que no sería comprendida hasta la llegada de Carl Menger y la Escuela Austriaca.
En su tratado de economía, Smith confronta el sistema previo conocido como Mercantilismo que se focalizaba plenamente en el Estado, bullonismo, proteccionismo entre muchas otras posturas, y muestra como conclusión la idea de que la verdadera riqueza de las Naciones no son las joyas o piedras preciosas que haya acumulado, sino el nivel de vida y condiciones óptimas que poseen los habitantes de esa determinada nación.
Al igual que el Liberalismo, el capitalismo posee 3 principios fundamentales. La inversión, el ahorro y el trabajo duro. En la obra de Huxley podemos apreciar que no se permite la inversión, ni el ahorro, elementos determinantes a la hora de lograr la movilidad social por lo que no es Capitalista ya que incluso se fomenta el hedonismo consumista que atenta intrínsecamente contra el ahorro que es requerido para la inversión, que es determinante para lograr un crecimiento y aumento de la producción. Por tanto, la distopía de Huxley no es capitalista.
Esta obra relata un mundo distópico en el que se rechaza la vida y naturaleza humana, incentivando un sistema positivista y utilitario en el que se le da uso maquinaria y herramientas artificiales para mantener sumisa a la población, se proscribe a la familia, que es tratada como una institución de lo más repulsiva y no como una asociación voluntaria entre las partes.
Huxley que leyó la obra 1984, escribiría al autor de esta obra, George Orwell, trotskista al igual que el mismo Aldous. En este escrito le manifestó que los poderosos estaban obsesionados con el marqués de Sade. Exponiendo lo que sigue: «Un sadismo que ha sido llevado a su conclusión lógica más allá del sexo, denegándolo. Yo creo que la oligarquía dirigente encontrará formas menos arduas e ineficaces de gobernar y satisfacer necesidades de poder.»
Mientras que Orwell temía la guerra fría y los totalitarismos, Huxley quien escribió su obra previamente a Orwell, en el año 1932, consideraba que el Mundo sería moldeado a posteriori, hasta convertirse en un «Mundo más feliz».
Temía la idea de poder o control más tácito mediante impulsos como son el placer (esto se puede apreciar tal y como se utiliza las drogas y el sexo) y convirtiendo a los sujetos en su propia empresa para esforzarse en su propia subjetividad, en la búsqueda del éxito social, siendo una forma o control y represión más efectiva pues según los postulados de Huxley este poder se encuentra oculto.
En conclusión, esta obra es visionaria, y en cierto modo me llega a aterrar como buena parte de los temores de Huxley en el campo social se aprecian en nuestra sociedad actual que en cierto modo es un reflejo del posmodernismo y posverdad.
Discrepo profundamente en que esto sea referido a un sistema liberal y capitalista, no obstante, estas posturas se están reemplazando por medidas liberticidas y favorables en múltiples aspectos a teorías económicas como el mercantilismo que suponen un fuerte retroceso para la humanidad.
El liberalismo que consiste en el respeto irrestricto del prójimo para la realización de proyectos vitales está siendo remplazado en muchas situaciones por posturas utilitarias en las que el fin justifica los medios, no tratando a las personas como seres con un fin en sí mismo, sino como meros medios que pueden ser considerados como útiles o inútiles.
Sinceramente creo que la distopía de Huxley y muchos de sus temores se aplican a nuestra realidad, pero a una realidad iliberal y no capitalista. Y pese a ello y ser características de una distopía no van a generar ni más ni menos que pura indiferencia. Una fuerte característica reflejada en el universo de Un Mundo Feliz.
En definitiva, “El arte de agradar es el arte de la decepción.”
José Joaquín Casavilla Calvo/El Melancólico – Un Mundo Feliz – 10 de octubre de 2022
Un Mundo Feliz es una obra literaria de Aldous Huxley en la que se narra un mundo distópico en el que existe un sistema de coacción distinto al de la fuerza bruta, se trata el abandono de la cultura. El autor utiliza la obra para lanzar una crítica feroz contra el presunto sistema capitalista y liberal, por el que Huxley sentía aversión.
La obra de Huxley es de lo más interesante, puesto que plantea un escenario distópico de lo más similar a nuestro presente.
Indudablemente es un intelectual brillante bastante adelantado a su época, no obstante, discrepo con él en varios aspectos puesto que él trata de mostrar un concepto en el que el Liberalismo y el Capitalismo son una distopía. Sin embargo, a mi modesta impresión Huxley no entiende o parece no entender realmente que es el liberalismo y el capitalismo. Mediante este artículo pretendo dar un enfoque distinto a la obra.
A lo largo de la obra podemos contemplar el trato de un concepto de imposición tácita, sin embargo, podemos apreciar fenómenos como en el que el enamoramiento de John por Lenina y en ciertos puntos su esclavitud ante sus sentimientos como diría Freud.
Por tanto, para empezar Huxley sigue la premisa de que somos esclavos, no existiendo un concepto de libertad pura. Y es por ello por lo que no deberíamos olvidar que también lo seríamos de nuestras circunstancias como seres vivos con limitaciones, puesto que del mismo modo que expresaría José Ortega y Gasset, «Yo soy yo y mis circunstancias».
El liberalismo pese a haber tenido una gran evolución histórica y amparar un gran espectro ideológico, destaca por ser el respeto irrestricto del proyecto del prójimo. En palabras simples, vivir y dejar vivir. Según John Locke en el liberalismo destacan tres valores que recalca como los fundamentales, vida, libertad y propiedad privada.
A lo largo de la obra parece que se respeta la propiedad privada, no obstante, hay una ausencia de libertad plena en el que se condiciona a los individuos a no poder llevar a cabo sus proyectos vitales como deseen en sus circunstancias imponiéndoles predestinadamente un «estamento» en el que no se les permite a los individuos desarrollarse como deseen, no teniendo ningún tipo de movilidad social.
Todo individuo tiene una circunstancia de la que parte, no obstante, en este sistema, este hecho no puede ser cambiado, a diferencia de un sistema capitalista y liberal.
Me resulta bastante llamativo lo referido a la predestinación, pudiéndose recordar así a los babilonios, quienes separaban a las familias de los pueblos conquistados, para de este modo despojarlos de su identidad y significado. Dotando así a los individuos de un nuevo fin que era moldeado por los mismos Babilonios.
Del mismo modo no se permite la desasociación de estos estamentos.Otro elemento que resalta, es el del Estado mundial, organización o sistema político que impone ciertas circunstancias en todo el mundo usando la coercividad cuando impiden a los niños leer mediante adoctrinamiento o sírvame de ejemplo cuando la policía rocía a nuestros protagonistas con Soma en agua, cuestión que no parece que tenga mucho que ver con el liberalismo cuyas vertientes más extremas abrazan el anarquismo en su sentido pleno.
Un Estado mundial es el sistema más antiliberal y anticapitalista que puede haber atentando directamente contra el sistema de separación de poderes, y promoviendo la homogeneidad frente al individualismo, voluntarismo y la ética de cada individuo.
Paradójicamente trata el concepto de Estado mundial como algo negativo un trotskista cuya ideología promueve esto mismo, pero entiendo que al no ser de corte socialista le genere repulsión. Los seres humanos somos animales racionales y precisamos de la libertad pues pese a vivir en sociedad y en las circunstancias sociales con las que nacemos o nos criamos, tenemos una soberanía y capacidad de agencia respecto a nuestras vidas. Los individuos somos plenos de derecho.
Somos y hemos de ser soberanos de nuestros proyectos vitales siempre, y por tanto, dado que vivimos en sociedad tenemos que ser respetuosos con el proyecto vital del resto de particulares que integran la sociedad.
Una vez expresado por qué Un Mundo Feliz no es liberal, comprobemos si es Capitalista. El capitalismo es un sistema de organización de los medios de producción en individuos o medios privados. Y este sistema se da a conocer en La Riqueza de las Naciones de Adam Smith, en el año 1776. Pese a ser cuestionable muchos postulados de Smith y el mundo anglosajón que no entienden la teoría del valor que no sería comprendida hasta la llegada de Carl Menger y la Escuela Austriaca.
En su tratado de economía, Smith confronta el sistema previo conocido como Mercantilismo que se focalizaba plenamente en el Estado, bullonismo, proteccionismo entre muchas otras posturas, y muestra como conclusión la idea de que la verdadera riqueza de las Naciones no son las joyas o piedras preciosas que haya acumulado, sino el nivel de vida y condiciones óptimas que poseen los habitantes de esa determinada nación.
Al igual que el Liberalismo, el capitalismo posee 3 principios fundamentales. La inversión, el ahorro y el trabajo duro. En la obra de Huxley podemos apreciar que no se permite la inversión, ni el ahorro, elementos determinantes a la hora de lograr la movilidad social por lo que no es Capitalista ya que incluso se fomenta el hedonismo consumista que atenta intrínsecamente contra el ahorro que es requerido para la inversión, que es determinante para lograr un crecimiento y aumento de la producción. Por tanto, la distopía de Huxley no es capitalista.
Esta obra relata un mundo distópico en el que se rechaza la vida y naturaleza humana, incentivando un sistema positivista y utilitario en el que se le da uso maquinaria y herramientas artificiales para mantener sumisa a la población, se proscribe a la familia, que es tratada como una institución de lo más repulsiva y no como una asociación voluntaria entre las partes.
Huxley que leyó la obra 1984, escribiría al autor de esta obra, George Orwell, trotskista al igual que el mismo Aldous. En este escrito le manifestó que los poderosos estaban obsesionados con el marqués de Sade. Exponiendo lo que sigue: «Un sadismo que ha sido llevado a su conclusión lógica más allá del sexo, denegándolo. Yo creo que la oligarquía dirigente encontrará formas menos arduas e ineficaces de gobernar y satisfacer necesidades de poder.»
Mientras que Orwell temía la guerra fría y los totalitarismos, Huxley quien escribió su obra previamente a Orwell, en el año 1932, consideraba que el Mundo sería moldeado a posteriori, hasta convertirse en un «Mundo más feliz».
Temía la idea de poder o control más tácito mediante impulsos como son el placer (esto se puede apreciar tal y como se utiliza las drogas y el sexo) y convirtiendo a los sujetos en su propia empresa para esforzarse en su propia subjetividad, en la búsqueda del éxito social, siendo una forma o control y represión más efectiva pues según los postulados de Huxley este poder se encuentra oculto.
En conclusión, esta obra es visionaria, y en cierto modo me llega a aterrar como buena parte de los temores de Huxley en el campo social se aprecian en nuestra sociedad actual que en cierto modo es un reflejo del posmodernismo y posverdad.
Discrepo profundamente en que esto sea referido a un sistema liberal y capitalista, no obstante, estas posturas se están reemplazando por medidas liberticidas y favorables en múltiples aspectos a teorías económicas como el mercantilismo que suponen un fuerte retroceso para la humanidad.
El liberalismo que consiste en el respeto irrestricto del prójimo para la realización de proyectos vitales está siendo remplazado en muchas situaciones por posturas utilitarias en las que el fin justifica los medios, no tratando a las personas como seres con un fin en sí mismo, sino como meros medios que pueden ser considerados como útiles o inútiles.
Sinceramente creo que la distopía de Huxley y muchos de sus temores se aplican a nuestra realidad, pero a una realidad iliberal y no capitalista. Y pese a ello y ser características de una distopía no van a generar ni más ni menos que pura indiferencia. Una fuerte característica reflejada en el universo de Un Mundo Feliz.
En definitiva, “El arte de agradar es el arte de la decepción.”