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    Una oferta que no podrás rechazar

    Ignacio Jiménez AlonsoUna oferta que no podrás rechazar8 de diciembre de 2022

    Soy todo un fanático de las películas de mafia y ‘gangsters’. Siempre me han llamado la atención las mentes ingeniosas, inteligentes, manipuladoras y sin escrúpulos que hay detrás del crimen organizado, y un filme que narre adecuadamente historias sobre esas mentes y lo que las envuelve, mezclando la acción con el drama y muchas veces con la comedia o el suspense también, me parece fascinante. Después de ver todas las grandes películas de este subgénero varias veces, toca levantar la voz y declarar cuál es para mí la mejor película de esta categoría.

    La abanderada por antonomasia es la trilogía de El Padrino (1972), el clásico de los clásicos. Si una buena película es una buena historia bien contada, El Padrino es una muy buena película. No solo la estructura narrativa es exquisita, la obra culmen de Francis Ford Coppola destaca de sobremanera en la fotografía, en la música y en la actuación. No obstante, El Padrino no es la mejor película. Se podría pensar en La ley del hampa (1927), considerada como la película fundacional del subgénero y toda una obra de arte, pero tampoco lo es. Podría ser Ángeles de caras sucias (1938), una película de Michael Curtiz, el director de Casablanca (1942), que tiene una lectura increíblemente reflexiva y una historia y un guion emocionantes, mas no lo es. Habrá quien apueste por alguna obra maestra de Martin Scorsese, como GoodFellas (1990) o El irlandés (2019), o de Brian de Palma, como Los intocables de Eliot Ness (1987) o Scarface: El precio del poder (1983), las cuales son películas soberbias, sublimes, apasionantes, pero no alcanzan el primer puesto. Y puedo seguir enumerando largometrajes alucinantes que han hecho historia en el séptimo arte, pero que, en mi humilde opinión, no son comparables con LA película sobre mafia a la que me refería en el primer párrafo.

    La susodicha es The Gentlemen: Los señores de la mafia (2019). El director británico, Guy Ritchie, llevó a la gran pantalla la historia ficticia del mayor capo de la droga en Inglaterra, Mickey Pearson, quien quiere vender su vasto imperio de marihuana, pues cree que ha llegado la hora de retirarse. Esto le genera ciertos conflictos con sus rivales, los cuales desencadenan una serie de acciones violentas y divertidos sucesos, todo ello envuelto en una batalla metafórica entre lo viejo y lo nuevo, lo sofisticado y lo hortera. Lo primero que llama la atención es la manera de construir la historia: no es una estructura lineal, sino que innovan saltando ordenadamente de un espacio temporal a otro, haciendo a la trama más interesante. Esto es obra del guion, el cual es asombroso, sorprendente, redondo, y el cómo se van hilando finamente todos los detalles con el avance del tiempo es alucinante. Su composición narrativa la convierte en una de esas películas en las que el espectador permanece desconcertado los 15 primeros minutos, los cuales están repletos de elementos que parecen no tener conexión alguna, pero que a medida que la historia se desarrolla, van entrelazándose, formando un bellísimo tapiz. Siguiendo una especie de estructura inductiva hace que, cuanto más avanzada está la película, más la entiende el espectador y mejor película se vuelve. Por último, la guinda del pastel está representada por unos cuantos ‘plot-twist’ que dejan boquiabierto al público y un humor muy inteligente, en ocasiones negro, que marca claramente el compás que sigue la historia. Creo que nunca podré llegar a expresar por escrito lo mucho que me fascina el guion.

    Otro punto inmejorable es la actuación. The Gentlemen reúne a un elenco de grandes actores, como lo son Matthew McConaughey, Hugh Grant, Charlie Hunnam, Jeremy Strong o Colin Farrell, que interpretan de forma majestuosa, cómica e impecable a unos personajes muy bien diseñados. Es más, el espectador que conozca bien a los actores puede llegar a pensar que la piedra angular de la película es la buena correspondencia de los papeles con sus intérpretes, porque es realmente sorprendente, son tal para cual. Por otro lado, la fotografía es chulísima, no es la mejor, pero sí que es muy chula, y aporta a la cinta un aire clásico pero moderno, un estilo desenfadado pero sofisticado. También cabe mencionar que el montaje es espectacular, un trabajo de edición atrevido con un tono muy actual y juvenil, pero pasmosamente certero, refiriéndose a que éste hace mejor a la película. Como punto final, la música a cargo de Christopher Benstead, además de ser muy pegadiza, representa en lo sonoro esa contraposición que se ve durante toda la cinta entre lo viejo y lo nuevo, lo actual y lo antiguo, lo chabacano y lo elegante, la violencia y el diálogo.

    Aunque siempre que critico o hablo sobre una película intento hacerlo con objetividad, acabas de leer, querido lector, mi opinión. Una opinión supongo que algo impopular. Pero no me podrás negar que, plasmando en estas líneas mi opinión subjetiva, te he hecho, tal y como diría don Vito Corleone, “una oferta que no podrás rechazar”: ver The Gentlemen.

    «PUEDO SEGUIR ENUMERANDO LARGOMETRAJES ALUCINANTES QUE HAN HECHO HISTORIA EN EL SÉPTIMO ARTE, PERO QUE, EN MI HUMILDE OPINIÓN, NO SON COMPARABLES CON LA PELÍCULA SOBRE MAFIA»

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