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    Escocia, ¿nueva colonia inglesa?

    Sam Ferdinand – 11 de diciembre de 2022

    Tres encuestas seguidas esta semana han concluido que una mayoría de los escoceses votarían a favor de la independencia de Escocia en un referéndum. Sin embargo, como todos sabemos, esta es una tendencia que viene así desde hace tiempo. Desde el voto sobre el Brexit en 2016 veíamos venir un nuevo referéndum de independencia en Escocia, y parecía algo inevitable. Digo parecía en pasado porque, el mes pasado, el tribunal supremo británico declaró por unanimidad que el parlamento escocés no tiene la autoridad o competencia para convocar otra consulta a la población sobre su independencia: esa competencia corresponde únicamente al parlamento y gobierno británico.

    ¿Por qué es esto significativo? Porque el Reino Unido fue creado como una unión voluntaria entre países (Inglaterra y Escocia), consensual, bajo la premisa de que cualquiera de las dos partes sería libre de dejar la unión en cuanto quisiera. El dictamen del tribunal ha roto completamente con esa realidad. Según el tribunal, el parlamento y el gobierno británico pueden autorizar o bloquear un referéndum de independencia, sin importar la voluntad del pueblo escocés; y por el momento, ni los laboristas ni los conservadores están dispuestos a permitirlo. Escocia, tras esto, actualmente parece más una colonia inglesa que una parte clave de la unión del Reino Unido.

    Atención, querido lector. No comparemos a Escocia con Cataluña. No pensemos que, igual que Cataluña no tiene derecho a independencia, Escocia tampoco lo debería tener. Escocia es un país, un reino desde hace siglos, que en ningún momento ha dejado de existir. Un ejemplo (quizá gracioso, pero bastante ilustrativo) que lo evidencia es el fútbol internacional, actualmente bastante de moda: Escocia tiene su propia selección nacional, al igual que Inglaterra, Gales, e Irlanda del Norte.

    La declaración del tribunal supremo no está diciendo que Escocia no tenga derecho a la independencia, sino que Escocia ni siquiera tiene permitido el preguntarse si quiere ser un estado independiente. Es un claro bloqueo democrático. Esto solo hará aumentar el apoyo al independentismo escocés, al considerar que cada vez más Westminster ignora al pueblo escocés.

    «Escocia, tras esto, actualmente parece más una colonia inglesa que una parte clave de la unión del Reino Unido.»

    El SNP (partido nacional escocés, partido más votado en Escocia, pro-independencia) quería convocar un referéndum, pero tras el fallo judicial han anunciado que intentarán otra vía: usar las próximas elecciones británicas como un referéndum de facto. Pretenden presentarse a las elecciones con la independencia como su único programa electoral, y si consiguen la mayoría de los votos escoceses, servirá de prueba de que Escocia quiere romper con el Reino Unido. Sin embargo, la legitimidad de esto sería cuestionable, sobre todo porque los partidos unionistas boicotearían la acción o no reconocerían su validez.

    Suceda lo que suceda, esta declaración del tribunal supremo para nada cierra el caso en la práctica, y está claro que el tema no está cerrado, y el apoyo a la independencia de Escocia para nada va a desaparecer.

    Sam Ferdinand
    Sam Ferdinand
    “El inglés” Temas: Economía y Política Internacional ADE y Relaciones Internacionales; IE University

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