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    Nagorno-Karabaj, el conflicto olvidado a las puertas de Europa 

    En los últimos meses la decisión del gobierno ruso liderado por Vladimir Putin de llevar a cabo una invasión a gran escala en territorio ucraniano ha acaparado la atención de la comunidad internacional y de los medios de comunicación, y ha relegado la resolución de otros conflictos en el espacio postsoviético a un sector marginal en las agendas  de los principales actores que componen el escenario geopolítico internacional. Conflictos que ya de por sí recibían una atención política y mediática escasa.

    Este es el caso del conflicto por el control del Alto Karabaj, una región montañosa habitada mayoritariamente por ciudadanos de etnia armenia pero que se encuentra dentro de los límites internacionales de la República de Azerbaiyán, y que por ende es reconocido como territorio azerbaiyano por la comunidad internacional. Este contencioso  etnopolítico y territorial que tiene sus orígenes a principios  del Siglo XX con la caída del Imperio Ruso y el surgimiento de los estados de Armenia y Azerbaiyán,  ha desatado una serie de enfrentamientos entre las fuerzas de la autodenominada República de Artsaj ( entidad que controla gran parte del territorio del Alto Karabaj donde viven más de 120.000 habitantes de etnia armenia) ,que cuenta con el apoyo de la República de Armenia, con la República de Azerbaiyán que busca recuperar el control sobre este territorio y que considera a sus habitantes ciudadanos azerbaiyanos. La historia contemporánea de esta región y la identidad de estos dos pueblos están fuertemente relacionadas con los dos principales conflictos militares que condicionan la situación actual. La primera guerra del Alto Karabaj ocurrida entre 1988 y 1994, y la segunda guerra del Alto Karabaj ocurrida entre septiembre y noviembre de 2020. Además de una serie de continuos enfrentamientos de corta duración en los límites fronterizos. 

    Los orígenes de estos dos últimos enfrentamientos bélicos datan del año 1988 cuando el gobierno del Óblast Autónomo de Nagorno Karabaj perteneciente a la República Socialista Soviética de Azerbaiyán pidió al gobierno de la URSS su transferencia a la República Socialista Soviética de Armenia. Esta solicitud que no fue atendida por Moscú provocó el agravamiento de las tensiones existentes entre las diferentes partes que desencadenaría  una guerra abierta, que duraría seis largos años. La guerra se saldó con una aplastante victoria de las Fuerzas de Defensa de la República de Artsaj con la ayuda de Armenia que se hicieron con el control de la Región del Alto Karabaj y siete distritos adyacentes. Lo que facilitó la conexión de la región con la República Armenia tras el fin de la guerra en 1994. Las principales consecuencias del conflicto fueron la elevada cantidad de bajas sufridas por ambos bandos, el desplazamiento forzoso de miles de personas que fueron obligadas a abandonar sus hogares por encontrarse en territorio controlado por el bando enemigo y el control por parte de las fuerzas armenias de una parte considerable del territorio de Azerbaiyán. A pesar de haberse alcanzado  un acuerdo de alto al fuego auspiciado por Rusia, el problema del estatus de Nagorno Karabaj no fue resuelto, ya que se bien la región era controlada por las fuerzas de la República de Artsaj, esta entidad carecía de reconocimiento internacional y sus territorios eran considerados parte integral del territorio azerbaiyano. La incapacidad de ambos bandos de resolver la situación y la negativa de las autoridades karabajíes a aceptar constituirse como una región autónoma dentro de la República de Azerbaiyán, provocaron la persistencia del conflicto a lo largo del tiempo además del deterioro de las relaciones entre armenios y azerbaiyanos.

    La posición de fuerza de la que gozaban las fuerzas armenias tras la victoria en la primera guerra no impidió la victoria azerbaiyana en la segunda guerra ocurrida en 2020. Los ingresos obtenidos por Bakú, a través de la exportación de hidrocarburos y sus derivados permitieron a Azerbaiyán destinar cuantiosas cantidades de dinero a reforzar y mejorar sus fuerzas armadas. La modernización de las mismas, sumado a la compra de material proveniente de Turquía e Israel (principalmente drones) dieron al estado azerí una clara ventaja sobre las fuerzas armenias, que confiaron en demasía en las viejas tácticas soviéticas y no fueron capaces de llevar a cabo una modernización y reestructuración. Tras la finalización de la guerra la República de Armenia, la República de Azerbaiyán y la Federación Rusa firmaron un acuerdo de alto el fuego. La firma de este tratado significó que Azerbaiyán recuperara los siete distritos adyacentes a la República de Artsaj y que se hiciera con el control de un tercio del territorio de esta. Esto dejó a los armenios del Alto Karabaj en una situación de extrema debilidad con su territorio rodeado por las fuerzas azerbaiyanas y únicamente conectado   con la República de Armenia a través del corredor de Lachin. El gobierno de Azerbaiyán liderado por el presidente Ilham Aliyev, celebró la victoria bélica como un paso más dado en defensa de la integridad territorial del estado. Desde Bakú consideran que el objetivo final de integrar la región del Alto Karabaj en la República de Azerbaiyán está cada día más cerca, debido a la difícil e insostenible situación que vive la República de Artsaj tras la derrota sufrida en el enfrentamiento bélico. Otra de las consecuencias de la guerra, fue la decisión de Rusia de actuar como garante del cumplimiento del acuerdo de alto al fuego , en una región como el Cáucaso que considera su patio trasero. Las fuerzas de paz rusas desplegadas en el terreno son responsables de garantizar la comunicación entre Stepanakert, capital de la República de Artsaj y el territorio armenio. Además, el acuerdo establece que las fuerzas rusas se harán cargo de proteger las vías de transporte entre Azerbaiyán y la República Autónoma de Najichevan, una vez estas sean construidas.  Najichevan es un enclave azerbaiyano rodeado por territorio armenio. 

    La invasión rusa de Ucrania trajo nuevamente inestabilidad a la región sur del Cáucaso. Esta nueva aventura militar rusa y su incapacidad de alcanzar los objetivos establecidos en el plazo estipulado provocaron un debilitamiento de la posición internacional de Rusia y una disminución de la presencia de las fuerzas rusas en otras regiones alejadas de Ucrania. Uno de los grandes perjudicados de este repliegue ruso en el plano internacional ha sido la República de Armenia que tiene en la Federación Rusa a su principal socio económico y militar. Por su parte Azerbaiyán vio esta situación como una oportunidad para ejercer presión sobre Artsaj  y Armenia. Desde el día 12 de diciembre de 2022 un grupo de supuestos activistas ecologistas han bloqueado el corredor de Lachin ante la impasividad de las fuerzas rusas. Esto ha dejado a los 120.000 habitantes de la República de Artsaj aislados y desabastecidos en medio de un crudo invierno. La respuesta de Armenia no tardó en llegar, además de solicitar ayuda internacional para lograr que Azerbaiyán levante el bloqueo, el gobierno liderado por el primer ministro Nikol Pashinian ha comunicado que este año no albergará maniobras militares conjuntas con las fuerzas rusas. Algunos especialistas perciben esta decisión de no celebrar las maniobras como una manera de expresar el descontento ante la no intervención de las fuerzas rusas que deberían garantizar la conexión entre Nagorno Karabaj y el territorio de la República de Armenia. 

    En los últimos meses la Unión Europea está promoviendo negociaciones bilaterales entre Armenia y Azerbaiyán para lograr alcanzar un acuerdo que dé por finalizado este conflicto que lleva latente más de un siglo . Con estas medidas la UE busca suplantar a Rusia como principal mediador en la región y de esta manera reducir su influencia. Tanto desde Ereván como de Bakú, ven a la Unión Europea como un actor confiable y responsable. Turquía es otro estado que busca hacerse fuerte en esta región, el apoyo turco a Azerbaiyán fue clave para obtener la victoria en la guerra y a través de este apoyo a un pueblo túrquico como lo es el azerbaiyano, Erdogan busca expandir la influencia turca en el Cáucaso como un paso más en su afán de recuperar la grandeza alguna vez ostentada por el gobierno otomano. 

    Si analizamos la situación actual, es posible decir que el futuro del Alto Karabaj y la totalidad del sur del Cáucaso no solamente dependerá de la voluntad de los gobiernos de Armenia, Azerbaiyán y Rusia, sino también del rol que desempeñen la Unión Europea y Turquía. Rusia seguirá constituyendo un actor importante, aunque no hegemónico. La necesidad de estrechar lazos con Azerbaiyán para exportar hidrocarburos a través de este país y evitar las sanciones de occidente, ha provocado que limite de manera considerable su apoyo a su tradicional aliado Armenia y esto ha significado una pérdida de confianza en la capacidad de Rusia de erigirse como protector de sus aliados. 

    Con respecto a Nagorno Karabaj y sus habitantes, considero como la opción más realista, la incorporación del territorio en la República de Azerbaiyán. Constituyendo una región autónoma que goce de cierto nivel de autogobierno y en la cual se  garantice el respeto de los derechos y las libertades de los ciudadanos de etnia armenia. La situación actual es insostenible e impide cualquier tipo de crecimiento económico y progreso en la región. El gobierno armenio debe entender que la única solución viable es alcanzar un acuerdo para que las autoridades azerbaiyanas respeten los derechos de los armenios de Karabaj dentro de su territorio con el respaldo y control de la comunidad internacional que reconoce estos territorios como parte de Azerbaiyán y por ende a sus habitantes como ciudadanos azerbaiyanos.

      

    «Con respecto a la situación específica de Nagorno Karabaj y sus habitantes, considero como la opción más realista, la incorporación del territorio en la República de Azerbaiyán. Constituyendo una región autónoma que goce de cierto nivel de autogobierno y en la cual se  garantice el respeto de los derechos y las libertades de los ciudadanos de etnia armenia»

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