Seguro que has oído hablar de los globos que sobrevuelan EEUU y Canadá. Está en los telediarios desde hace una semana, día sí y día también. Sin embargo, probablemente no hayas oído hablar del accidente medioambiental de East Palestine, que tuvo lugar el 3 de febrero, un día antes de que EEUU derribase el primero de los cuatro objetos voladores no identificados. Cada cuál que saque sus conclusiones, porque aquí nos dedicaremos a analizar los hechos.
Pues bien, el viernes 3 de febrero, 50 vagones cisterna de los cuales 5 transportaban cloruro de vinilo, un carcinógeno, descarrilaron en East Palestine. El convoy tenía más de 100 vagones y 20 contenían materiales químicos peligrosos, luego el desastre pudo haber sido peor.
Ante la imposibilidad de sacar de las cisternas el cloruro de vinilo y el riesgo de explosión existente, se decide quemar los vagones, provocando una gran columna de humo tóxico y lluvias ácidas en la comarca. Lógicamente, los vecinos de East Palestine están muy preocupados y señalan no poder respirar como antes, mientras que las autoridades estadounidenses llaman a la calma y detienen a Evan Lambert, periodista encargado de cubrir el accidente. Lo que está claro es que la vida de los ciudadanos de esta ciudad de Ohio estuvo cerca de sufrir daños irreparables si el tren llega a explotar, y sufre ahora los efectos de la quema controlada de los vagones.
Por otro lado, se producían los avistamientos de OVNI en el mismo país, EEUU, y Canadá. Enseguida se derriba el primero de ellos y se acusa a China de espiar la capacidad militar de EEUU.
Los otros tres también son rápidamente derribados alegando constituir un riesgo para el tráfico aéreo comercial y por tanto un riesgo a la seguridad nacional, razón imprescindible para el derribo de no importa qué objeto aéreo.
Entre medias de las declaraciones cruzadas de Washington y Pekín, el cual justificaba el carácter meteorológico del primer globo, ya en manos de las correspondientes autoridades norteamericanas, distintas personalidades políticas americanas no cerraban la puerta a que se tratase de actividad extraterrestre.
De momento, sólo se conoce que el primer globo es de origen chino y se investiga su función, mientras que se trata de encontrar los otros tres objetos derribados posteriormente, tarea que será difícil por donde fueron derribados y donde puedan haber caído.
Este suceso ha ocasionado, evidentemente, una nueva crisis político-diplomática entre EEUU y China, después de la amenaza china sobre Taiwán, y en plena gira europeo-rusa del jefe de la diplomacia y director de la Oficina de la Comisión de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi.
En definitiva, llama la atención que dos hechos relevantes producidos de forma simultánea sean tan diferentemente tratados por los medios de comunicación nacionales e internacionales. La única razón que encuentro es el objetivo de aumentar los niveles de audiencia. Pero el periodismo no es eso, sino relatar los hechos relevantes sucedidos sean más atractivos para el receptor o menos.
También destaca la rápida acusación estadounidense a China, ante la falta de evidencias de que se trate de un programa de vigilancia global chino sobre la capacidad militar de EEUU y otros países. Habrá que esperar a su análisis, así como al de los otros tres objetos derribados.
En cualquier caso, la crisis político-diplomática entre las dos superpotencias podría haberse fácilmente evitado si EEUU no hubiese acusado tempranamente a China de espionaje. Pero ahora ya no hay vuelta atrás.
Mario Sanz Galacho
Que los ovnis de siempre escondan el accidente medioambiental del día de antes
Pues bien, el viernes 3 de febrero, 50 vagones cisterna de los cuales 5 transportaban cloruro de vinilo, un carcinógeno, descarrilaron en East Palestine. El convoy tenía más de 100 vagones y 20 contenían materiales químicos peligrosos, luego el desastre pudo haber sido peor.
Ante la imposibilidad de sacar de las cisternas el cloruro de vinilo y el riesgo de explosión existente, se decide quemar los vagones, provocando una gran columna de humo tóxico y lluvias ácidas en la comarca. Lógicamente, los vecinos de East Palestine están muy preocupados y señalan no poder respirar como antes, mientras que las autoridades estadounidenses llaman a la calma y detienen a Evan Lambert, periodista encargado de cubrir el accidente. Lo que está claro es que la vida de los ciudadanos de esta ciudad de Ohio estuvo cerca de sufrir daños irreparables si el tren llega a explotar, y sufre ahora los efectos de la quema controlada de los vagones.
Por otro lado, se producían los avistamientos de OVNI en el mismo país, EEUU, y Canadá. Enseguida se derriba el primero de ellos y se acusa a China de espiar la capacidad militar de EEUU.
Los otros tres también son rápidamente derribados alegando constituir un riesgo para el tráfico aéreo comercial y por tanto un riesgo a la seguridad nacional, razón imprescindible para el derribo de no importa qué objeto aéreo.
Entre medias de las declaraciones cruzadas de Washington y Pekín, el cual justificaba el carácter meteorológico del primer globo, ya en manos de las correspondientes autoridades norteamericanas, distintas personalidades políticas americanas no cerraban la puerta a que se tratase de actividad extraterrestre.
De momento, sólo se conoce que el primer globo es de origen chino y se investiga su función, mientras que se trata de encontrar los otros tres objetos derribados posteriormente, tarea que será difícil por donde fueron derribados y donde puedan haber caído.
Este suceso ha ocasionado, evidentemente, una nueva crisis político-diplomática entre EEUU y China, después de la amenaza china sobre Taiwán, y en plena gira europeo-rusa del jefe de la diplomacia y director de la Oficina de la Comisión de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi.
En definitiva, llama la atención que dos hechos relevantes producidos de forma simultánea sean tan diferentemente tratados por los medios de comunicación nacionales e internacionales. La única razón que encuentro es el objetivo de aumentar los niveles de audiencia. Pero el periodismo no es eso, sino relatar los hechos relevantes sucedidos sean más atractivos para el receptor o menos.
También destaca la rápida acusación estadounidense a China, ante la falta de evidencias de que se trate de un programa de vigilancia global chino sobre la capacidad militar de EEUU y otros países. Habrá que esperar a su análisis, así como al de los otros tres objetos derribados.
En cualquier caso, la crisis político-diplomática entre las dos superpotencias podría haberse fácilmente evitado si EEUU no hubiese acusado tempranamente a China de espionaje. Pero ahora ya no hay vuelta atrás.
Mario Sanz Galacho