Iker González Rodríguez-Priego – Abandono del patrón oro – 16 de marzo de 2023
En 1971, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, tomó una decisión que cambiaría para siempre el sistema monetario internacional: abandonar el patrón oro. Desde entonces, este sistema ha sido reemplazado por el sistema de tipo de cambio flotante, que ha tenido consecuencias negativas para la economía mundial. En este artículo, examinaremos las razones detrás del abandono del patrón oro en Bretton Woods, las consecuencias que ha tenido en la economía mundial, la probabilidad de una recesión profunda en el futuro y las posibles soluciones para normalizar la situación.
En 1944, los líderes de 44 países se reunieron en Bretton Woods, New Hampshire, para establecer un nuevo sistema monetario internacional. Este sistema se basaba en el patrón oro, lo que significaba que el dólar estadounidense era convertible en oro a una tasa fija de $35 por onza. Esto permitía que el valor de las monedas de otros países se mantuviera estable en relación con el dólar.
Durante la década de 1960, varios factores contribuyeron a una pérdida de confianza en el dólar estadounidense y a la demanda de pagos en oro por parte de otros países. Uno de los principales factores fue el aumento del déficit comercial de Estados Unidos. En 1960, el déficit fue de alrededor de $3.1 mil millones de dólares, y en 1970, aumentó en un 77% alcanzando cifras de hasta $5.5 mil millones de dólares. Una de las causas fue que el país importaba más de lo que exportaba. Esto resultó en una salida de dólares del país y en una disminución de las reservas de oro del Tesoro de los Estados Unidos, acrecentando así la desconfianza en los mercados.
Además, la Guerra de Vietnam y el costo de financiarla también contribuyeron a la creciente deuda del país y la disminución de la confianza en el dólar. Los gastos militares aumentaron rápidamente, lo que llevó a la emisión de más dólares para financiarlos. Esto hizo que otros países dudaran de la capacidad de Estados Unidos para mantener el valor de su moneda.
Otro factor que llevó a la pérdida de confianza en el dólar fue la política monetaria de los Estados Unidos. En un esfuerzo por estimular la economía, la Reserva Federal redujo las tasas de interés, lo que provocó una fuga de capitales de Estados Unidos y un aumento de la inflación. Los países extranjeros comenzaron a temer que la inflación erosionara el valor del dólar.
Estos factores contribuyeron a una creciente demanda de oro como medio de pago. En 1965, Francia comenzó a exigir que se le pagara en oro en lugar de en dólares al igual que otros países también comenzaron a solicitar el mismo trato debido a la pérdida de confianza en el dólar estadounidense. En 1971, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, puso fin a la convertibilidad del dólar en oro, poniendo fin a la era del patrón oro. Se podría considerar esta medida como una respuesta del gobierno estadounidense para intentar proteger su economía en un momento de crisis, además de verse como una maniobra desesperada.
Desde que se abandonó el patrón oro, la economía mundial ha experimentado una serie de problemas. Una de las consecuencias más importantes ha sido la inflación, según el Banco Mundial, la tasa de inflación interanual mundial promedio ha sido del 3,8% desde 1971, en comparación con el 1,5% durante la era del patrón oro. Al no haber un límite en la cantidad de dinero que los países pueden imprimir, los precios de los bienes y servicios han aumentado constantemente a lo largo del tiempo.
Esta causa ha permitió a los gobiernos una mayor flexibilidad en su política monetaria. Al no estar limitados por la cantidad de oro disponible, los gobiernos pudieron ajustar su oferta monetaria para estimular la economía o intentar controlar la inflación. El economista John Maynard Keynes defendió el abandono del patrón oro en su obra «The General Theory of Employment, Interest and Money» en la que argumentó que el uso de la política fiscal y monetaria podía ser más efectivo para estimular la economía que las limitaciones del patrón oro. Esta postura Keynesiana es fuertemente criticada por otros sectores más liberales de la economía que creen en que se debería regular por si sola y que han demostrado que es una medida insuficiente y poco efectiva que solo comulga y respalda las decisiones arbitrarias e impositivas por parte de los gobiernos.
El abandono del patrón oro también ha llevado a fluctuaciones en el tipo de cambio entre diferentes monedas. Al no estar respaldadas por una cantidad fija de oro, las monedas comenzaron a fluctuar en valor. Esto tuvo un impacto significativo en el comercio internacional, ya que los precios de los bienes y servicios se volvieron menos predecibles. Las fluctuaciones en el tipo de cambio también llevaron a una mayor volatilidad en los mercados de divisas. Por ejemplo: durante la crisis financiera de 2008, el dólar estadounidense experimentó una apreciación significativaen valor debido a la incertidumbre en los mercados financieros, entre otras cosas, lo que afectó a las exportaciones de otros países que tenían monedas más débiles.
Según el economista Milton Friedman, argumentó que el patrón oro limitaba la capacidad del gobierno para estimular la economía en momentos de crisis, ya que estaba fijado por la cantidad de oro disponible, lo que podía generar una deflación que agravara la situación económica. Es por eso por lo que su abandono permitió a los gobiernos tener un mayor control sobre la economía y manipularla a su antojo. Al no estar sujetos por la cantidad de oro disponible, los gobiernos pudieron imprimir más dinero y financiar programas gubernamentales sin depender del oro y así poder tener una mayor capacidad de intervención en cualquier papel económico.
En resumen, podríamos decir que ha perjudicado a más personas de las que ha beneficiado, y voy a explicar los motivos que me llevan a hacer esta afirmación.
Uno de los principales beneficiarios del abandono del patrón oro ha sido el gobierno y los bancos centrales. Esto se debe a que, al abandonar el patrón oro, el gobierno puede imprimir más dinero para financiar sus programas y proyectos sin estar limitado por la cantidad de oro disponible. De esta manera, el gobierno y los bancos centrales han obtenido un mayor control sobre la oferta y la política monetarias, lo que les permite implementar medidas para estimular la economía a su antojo. Por ejemplo, durante la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) imprimió grandes cantidades de dinero para evitar una recesión más profunda y fomentar la economía. Además, el gobierno estadounidense implementó medidas fiscales y de estímulo económico, como el programa de ayuda financiera TARP (Troubled Asset Relief Program), que destinó miles de millones de dólares para rescatar a los bancos y estabilizar el sistema financiero.
Otro grupo que se ha beneficiado del abandono del patrón oro son losexportadores. Esto se debe a que, al tener un tipo de cambio flotante, las monedas pueden fluctuar en valor, lo que puede hacer que las exportaciones sean más competitivas en los mercados internacionales. Por ejemplo, si el valor de la moneda de un país se deprecia en comparación con otras monedas, las exportaciones de ese país se vuelven más atractivas y competitivas. Esto lo podemos ver en Japón, donde después de la crisis financiera de 2008, el yen japonés se debilitó significativamente en comparación con el dólar estadounidense, lo que ayudó a los exportadores japoneses a competir mejor en los mercados internacionales.
El abandono del patrón oro también ha beneficiado a los deudores, ya que la inflación ha reducido el valor real de la deuda en términos reales. Esta reducción se debe a que, con la inflación, el valor nominal de la deuda se mantiene igual, pero el poder adquisitivo de esa deuda disminuye. En Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial, la inflación ayudó a reducir el valor real de la deuda del gobierno, lo que facilitó su pago. Además, durante la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal de Estados Unidos implementó medidas para reducir las tasas de interés, lo que también benefició a los deudores al reducir el costo de la deuda. Cabe destacar que los gobiernos al poder emitir papel, pueden aliviar sus deudas mediante la impresión del mismo, alimentando así la rueda inflacionaria y creando los problemas que tenemos hoy en día, por lo que queridos lectores, es evidente que los culpables tienen nombre y apellidos y se llaman gobiernos y bancos centrales.
En los últimos años, concretamente durante el 2020, el gobierno de los Estados Unidos ha impreso un total de $9 billones de dólares para financiar programas de estímulo y ayudar a la economía a enfrentar los impactos de la pandemia del COVID-19. Esta cantidad representa un aumento del 22% en la oferta monetaria total del país en un solo año. Si nos vamos a ver estos datos a los índices de referencia mundiales vemos que: en 2021, el S&P 500 ha tenido un desempeño positivo en general, aunque con cierta volatilidad debido a factores como la variante Delta del COVID-19, la inflación y los temores de un aumento en las tasas de interés. Hasta el 11 de marzo de 2022, el S&P 500 ha registrado una ganancia anual del 23.2%, lo que indica un crecimiento significativo en comparación con los niveles pre-pandemia, resultados que no deberían de sorprender teniendo en cuenta la inyección de capital masiva para intentar recuperar la tendencia alcista de los mercados.
Otro factor determinante para la posible crisis financiera se encuentra en la guerra entre Rusia y Ucrania, lo cual ha tenido consecuencias económicas como la interrupción parcial del comercio y las relaciones económicas entre Rusia y otros países occidentales. Las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea han limitado las exportaciones rusas y el acceso a los mercados financieros internacionales. Además, la guerra ha provocado la interrupción del transporte de gas natural a través de Ucrania, lo que ha afectado tanto a Rusia como a los países europeos que dependen del gas ruso. Según Bloomberg, en marzo de 2022, la interrupción del suministro de gas natural ha provocado una situación en la que los precios del gas natural en Europa alcanzaron niveles históricamente altos. Además, el aumento de los precios ha afectado a varios sectores económicos, desde la energía hasta la agricultura, debido a los mayores costos de producción.
Pero no hay que alarmarse tan rápido ya que existen varias soluciones que pueden ayudar a normalizar la situación. Una posible solución es volver a un sistema de patrón oro. Esto ayudaría a controlar la inflación y a estabilizar el valor de las monedas, además de limitar las acciones monopolísticas de los gobiernos centrales para manipular el mercado a su antojo y dejar que la economía actúe con total libertad.
Otra solución es establecer un sistema monetario internacional más sólido y coordinado. Esto podría incluir acuerdos internacionales sobre las políticas monetarias y fiscales y una mayor cooperación entre los bancos centrales, los cuáles puedan discutir y ofrecer mejores soluciones que beneficien al conjunto de la economía.
Existen otras ideas por parte de economistas muy influyentes como puede ser las de Murray Rothbard, en la que en uno de sus libros titulado “¿Qué le ha hecho el gobierno a nuestro dinero?” Explica detalladamente algunas de las cuestiones mencionadas en este artículo y propone que lo que conocemos como “moneda”, surja de la iniciativa privada y no de un banco centralizado que pueda manipular el valor del dinero, dejando así a los individuos decidir cuál quieren que sea su medio de intercambio.
En conclusión, el abandono del patrón oro ha tenido consecuencias negativas en la economía mundial, como la inflación, la volatilidad de las monedas y la falta de estabilidad financiera. Es probable que estas consecuencias conduzcan a una recesión profunda en el futuro. Sin embargo, hay soluciones que pueden ayudar a normalizar la situación, como volver a un sistema de patrón oro, establecer acuerdos internacionales y políticas fiscales más sólidas y transparentes. Es importante que los líderes mundiales consideren estas soluciones para evitar futuras crisis económicas y mejorar la estabilidad financiera.
“El oro circula porque tiene valor, pero el papel moneda tiene valor porque circula.”
Iker González Rodríguez-Priego – Abandono del patrón oro – 16 de marzo de 2023
En 1971, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, tomó una decisión que cambiaría para siempre el sistema monetario internacional: abandonar el patrón oro. Desde entonces, este sistema ha sido reemplazado por el sistema de tipo de cambio flotante, que ha tenido consecuencias negativas para la economía mundial. En este artículo, examinaremos las razones detrás del abandono del patrón oro en Bretton Woods, las consecuencias que ha tenido en la economía mundial, la probabilidad de una recesión profunda en el futuro y las posibles soluciones para normalizar la situación.
En 1944, los líderes de 44 países se reunieron en Bretton Woods, New Hampshire, para establecer un nuevo sistema monetario internacional. Este sistema se basaba en el patrón oro, lo que significaba que el dólar estadounidense era convertible en oro a una tasa fija de $35 por onza. Esto permitía que el valor de las monedas de otros países se mantuviera estable en relación con el dólar.
Durante la década de 1960, varios factores contribuyeron a una pérdida de confianza en el dólar estadounidense y a la demanda de pagos en oro por parte de otros países. Uno de los principales factores fue el aumento del déficit comercial de Estados Unidos. En 1960, el déficit fue de alrededor de $3.1 mil millones de dólares, y en 1970, aumentó en un 77% alcanzando cifras de hasta $5.5 mil millones de dólares. Una de las causas fue que el país importaba más de lo que exportaba. Esto resultó en una salida de dólares del país y en una disminución de las reservas de oro del Tesoro de los Estados Unidos, acrecentando así la desconfianza en los mercados.
Además, la Guerra de Vietnam y el costo de financiarla también contribuyeron a la creciente deuda del país y la disminución de la confianza en el dólar. Los gastos militares aumentaron rápidamente, lo que llevó a la emisión de más dólares para financiarlos. Esto hizo que otros países dudaran de la capacidad de Estados Unidos para mantener el valor de su moneda.
Otro factor que llevó a la pérdida de confianza en el dólar fue la política monetaria de los Estados Unidos. En un esfuerzo por estimular la economía, la Reserva Federal redujo las tasas de interés, lo que provocó una fuga de capitales de Estados Unidos y un aumento de la inflación. Los países extranjeros comenzaron a temer que la inflación erosionara el valor del dólar.
Estos factores contribuyeron a una creciente demanda de oro como medio de pago. En 1965, Francia comenzó a exigir que se le pagara en oro en lugar de en dólares al igual que otros países también comenzaron a solicitar el mismo trato debido a la pérdida de confianza en el dólar estadounidense. En 1971, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, puso fin a la convertibilidad del dólar en oro, poniendo fin a la era del patrón oro. Se podría considerar esta medida como una respuesta del gobierno estadounidense para intentar proteger su economía en un momento de crisis, además de verse como una maniobra desesperada.
Desde que se abandonó el patrón oro, la economía mundial ha experimentado una serie de problemas. Una de las consecuencias más importantes ha sido la inflación, según el Banco Mundial, la tasa de inflación interanual mundial promedio ha sido del 3,8% desde 1971, en comparación con el 1,5% durante la era del patrón oro. Al no haber un límite en la cantidad de dinero que los países pueden imprimir, los precios de los bienes y servicios han aumentado constantemente a lo largo del tiempo.
Esta causa ha permitió a los gobiernos una mayor flexibilidad en su política monetaria. Al no estar limitados por la cantidad de oro disponible, los gobiernos pudieron ajustar su oferta monetaria para estimular la economía o intentar controlar la inflación. El economista John Maynard Keynes defendió el abandono del patrón oro en su obra «The General Theory of Employment, Interest and Money» en la que argumentó que el uso de la política fiscal y monetaria podía ser más efectivo para estimular la economía que las limitaciones del patrón oro. Esta postura Keynesiana es fuertemente criticada por otros sectores más liberales de la economía que creen en que se debería regular por si sola y que han demostrado que es una medida insuficiente y poco efectiva que solo comulga y respalda las decisiones arbitrarias e impositivas por parte de los gobiernos.
El abandono del patrón oro también ha llevado a fluctuaciones en el tipo de cambio entre diferentes monedas. Al no estar respaldadas por una cantidad fija de oro, las monedas comenzaron a fluctuar en valor. Esto tuvo un impacto significativo en el comercio internacional, ya que los precios de los bienes y servicios se volvieron menos predecibles. Las fluctuaciones en el tipo de cambio también llevaron a una mayor volatilidad en los mercados de divisas. Por ejemplo: durante la crisis financiera de 2008, el dólar estadounidense experimentó una apreciación significativa en valor debido a la incertidumbre en los mercados financieros, entre otras cosas, lo que afectó a las exportaciones de otros países que tenían monedas más débiles.
Según el economista Milton Friedman, argumentó que el patrón oro limitaba la capacidad del gobierno para estimular la economía en momentos de crisis, ya que estaba fijado por la cantidad de oro disponible, lo que podía generar una deflación que agravara la situación económica. Es por eso por lo que su abandono permitió a los gobiernos tener un mayor control sobre la economía y manipularla a su antojo. Al no estar sujetos por la cantidad de oro disponible, los gobiernos pudieron imprimir más dinero y financiar programas gubernamentales sin depender del oro y así poder tener una mayor capacidad de intervención en cualquier papel económico.
En resumen, podríamos decir que ha perjudicado a más personas de las que ha beneficiado, y voy a explicar los motivos que me llevan a hacer esta afirmación.
Uno de los principales beneficiarios del abandono del patrón oro ha sido el gobierno y los bancos centrales. Esto se debe a que, al abandonar el patrón oro, el gobierno puede imprimir más dinero para financiar sus programas y proyectos sin estar limitado por la cantidad de oro disponible. De esta manera, el gobierno y los bancos centrales han obtenido un mayor control sobre la oferta y la política monetarias, lo que les permite implementar medidas para estimular la economía a su antojo. Por ejemplo, durante la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) imprimió grandes cantidades de dinero para evitar una recesión más profunda y fomentar la economía. Además, el gobierno estadounidense implementó medidas fiscales y de estímulo económico, como el programa de ayuda financiera TARP (Troubled Asset Relief Program), que destinó miles de millones de dólares para rescatar a los bancos y estabilizar el sistema financiero.
Otro grupo que se ha beneficiado del abandono del patrón oro son los exportadores. Esto se debe a que, al tener un tipo de cambio flotante, las monedas pueden fluctuar en valor, lo que puede hacer que las exportaciones sean más competitivas en los mercados internacionales. Por ejemplo, si el valor de la moneda de un país se deprecia en comparación con otras monedas, las exportaciones de ese país se vuelven más atractivas y competitivas. Esto lo podemos ver en Japón, donde después de la crisis financiera de 2008, el yen japonés se debilitó significativamente en comparación con el dólar estadounidense, lo que ayudó a los exportadores japoneses a competir mejor en los mercados internacionales.
El abandono del patrón oro también ha beneficiado a los deudores, ya que la inflación ha reducido el valor real de la deuda en términos reales. Esta reducción se debe a que, con la inflación, el valor nominal de la deuda se mantiene igual, pero el poder adquisitivo de esa deuda disminuye. En Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial, la inflación ayudó a reducir el valor real de la deuda del gobierno, lo que facilitó su pago. Además, durante la crisis financiera de 2008, la Reserva Federal de Estados Unidos implementó medidas para reducir las tasas de interés, lo que también benefició a los deudores al reducir el costo de la deuda. Cabe destacar que los gobiernos al poder emitir papel, pueden aliviar sus deudas mediante la impresión del mismo, alimentando así la rueda inflacionaria y creando los problemas que tenemos hoy en día, por lo que queridos lectores, es evidente que los culpables tienen nombre y apellidos y se llaman gobiernos y bancos centrales.
En los últimos años, concretamente durante el 2020, el gobierno de los Estados Unidos ha impreso un total de $9 billones de dólares para financiar programas de estímulo y ayudar a la economía a enfrentar los impactos de la pandemia del COVID-19. Esta cantidad representa un aumento del 22% en la oferta monetaria total del país en un solo año. Si nos vamos a ver estos datos a los índices de referencia mundiales vemos que: en 2021, el S&P 500 ha tenido un desempeño positivo en general, aunque con cierta volatilidad debido a factores como la variante Delta del COVID-19, la inflación y los temores de un aumento en las tasas de interés. Hasta el 11 de marzo de 2022, el S&P 500 ha registrado una ganancia anual del 23.2%, lo que indica un crecimiento significativo en comparación con los niveles pre-pandemia, resultados que no deberían de sorprender teniendo en cuenta la inyección de capital masiva para intentar recuperar la tendencia alcista de los mercados.
Otro factor determinante para la posible crisis financiera se encuentra en la guerra entre Rusia y Ucrania, lo cual ha tenido consecuencias económicas como la interrupción parcial del comercio y las relaciones económicas entre Rusia y otros países occidentales. Las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea han limitado las exportaciones rusas y el acceso a los mercados financieros internacionales. Además, la guerra ha provocado la interrupción del transporte de gas natural a través de Ucrania, lo que ha afectado tanto a Rusia como a los países europeos que dependen del gas ruso. Según Bloomberg, en marzo de 2022, la interrupción del suministro de gas natural ha provocado una situación en la que los precios del gas natural en Europa alcanzaron niveles históricamente altos. Además, el aumento de los precios ha afectado a varios sectores económicos, desde la energía hasta la agricultura, debido a los mayores costos de producción.
Pero no hay que alarmarse tan rápido ya que existen varias soluciones que pueden ayudar a normalizar la situación. Una posible solución es volver a un sistema de patrón oro. Esto ayudaría a controlar la inflación y a estabilizar el valor de las monedas, además de limitar las acciones monopolísticas de los gobiernos centrales para manipular el mercado a su antojo y dejar que la economía actúe con total libertad.
Otra solución es establecer un sistema monetario internacional más sólido y coordinado. Esto podría incluir acuerdos internacionales sobre las políticas monetarias y fiscales y una mayor cooperación entre los bancos centrales, los cuáles puedan discutir y ofrecer mejores soluciones que beneficien al conjunto de la economía.
Existen otras ideas por parte de economistas muy influyentes como puede ser las de Murray Rothbard, en la que en uno de sus libros titulado “¿Qué le ha hecho el gobierno a nuestro dinero?” Explica detalladamente algunas de las cuestiones mencionadas en este artículo y propone que lo que conocemos como “moneda”, surja de la iniciativa privada y no de un banco centralizado que pueda manipular el valor del dinero, dejando así a los individuos decidir cuál quieren que sea su medio de intercambio.
En conclusión, el abandono del patrón oro ha tenido consecuencias negativas en la economía mundial, como la inflación, la volatilidad de las monedas y la falta de estabilidad financiera. Es probable que estas consecuencias conduzcan a una recesión profunda en el futuro. Sin embargo, hay soluciones que pueden ayudar a normalizar la situación, como volver a un sistema de patrón oro, establecer acuerdos internacionales y políticas fiscales más sólidas y transparentes. Es importante que los líderes mundiales consideren estas soluciones para evitar futuras crisis económicas y mejorar la estabilidad financiera.