Hoy es el solsticio de verano, el día más largo del año, aunque para nosotros españoles casi todos nuestros días suelen ser más bien largos (en comparación con nuestros vecinos europeos) debido a la franja horaria que ocupamos con respecto a nuestra longitud geográfica. Por ello me parece interesante hacer unas reflexiones sobre este tema.
¿Cuántas veces al viajar no nos llaman la atención los horarios de los países que visitamos? ¿Cuántas veces no nos ha parecido extraño tener que adaptarse a unos horarios que no acabamos de entender? El “horario español” es el tópico recurrente de todos los viajeros extranjeros que visitan nuestro país. De hecho, gran parte de los mortales no comprenden los extraños horarios de nuestro país. Sea en el ámbito alimentario (con comidas pasadas las 15:00 o cenas a las 22:00); en el laboral (con jornadas interminables que se extienden hasta la noche, muy lejos del 09:00-17:00h europeo); o en el comercial (con locales comerciales abiertos hasta las 22:00 o restaurantes que prolongan su actividad de madrugada), España es una anomalía en comparación con nuestros vecinos europeos.
Todo ello lleva a que, unido a nuestros rasgos culturales, el español o la española sea un ser de curiosos hábitos. Con respecto a la mayoría de nuestros vecinos europeos (excluyendo a nuestros compañeros mediterráneos) los españoles nos hacemos rápidamente notar. Somos personas vivas, despiertas, alegres, ruidosas y quizás algo escandalosas. La esencia mediterránea, y en particular, la española, es única.
Aunque todos estos hábitos o formas de ser pudieran parecer extraños, toda valoración es relativa al marco de refeencia desde el que se analiza. Para no caer en la subjetivididad todas estas peculiaridades deben analizarse teniendo en cuenta muchos más factores externos que la simple acusación personal que lleva a la emisión un juicio de valor erróneo y así al nacimiento del esteriotipo. Por ello es necesario comprender el porqué de las cosas para saber dar razonados argumentos a nuestros comportamientos.
Con respecto al tema del peculiar “horario español” se pueden distinguir entre varios factores que lo originan, entre ellos los geográficos y político-administrativos. Entre los factores geográficos destaca el hecho de que en nuestro país el medio día solar (momento en el que el sol está en el punto más alto del cielo) va adelantado con respecto al medio día temporal (12:00h). Con el cambio de hora a la de verano, este desfase es de más de dos horas.
El ejemplo más extremo ocurre con Galicia en el que no se explica cómo puede tener la misma hora que Varsovia a pesar de situarse a más de 3.000km de distancia; o la sitaución paradójica en la que tiene un horario distinto a Portugal a pesar de estar justo encima.
Con respecto a esto, cito el comentario que hace el geógrafo Jaume Font Garolera:
“Existe una diferencia de casi una hora entre la salida del sol en el extremo oriental peninsular (el cap Begur, Girona) y el extremo occidental (O Grove, Pontevedra), circunstancia que explica que en Galicia exista un notable desfase entre la hora solar y la hora oficial”
Las Españas despobladas, 2023, p.128
Por ello, el huso horario que le debería corresponder a España realmente es el de Portugal, Reino Unido y las Islas Canarias. Sin embargo, en el 1940 el gobierno de Franco decidió adaptar el horario de los países centroeuropeos (políticamente más afines como Alemania o Italia). Curiosamente en la misma orden citaba en su artículo 5 que “oportunamente se señalará la fecha en que haya de restablecerse la hora normal”, algo que hasta ahora no ha ocurrido.
Todos estos factores, unido a la peculiadirad de nuestro clima de verano seco y caluroso en la mayor parte del país, hace que nuestros horarios sean tan tardíos con respecto a nuestros vecinos europeos. En este aspecto destacan los intentos de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles por intentar solucionar la “anomalía” en los horarios españoles.
Por lo general, existe consenso de que volver a la franja horaria que le corresponde a España traería sólo beneficios, entre ellos: una finalización más temprana de la jornada laboral, mejores horas de sueño y mayor facilidad para despertarse por las mañanas.
Los problemas derivados de situarse en el huso horario incorrecto podrían tener relación con los trastornos de sueño y consumo de medicamentos. Los datos lo corroboran. Según la última encuesta de la Sociedad Española de Sueño (SES), más de la mitad de los españoles no duerme bien. Además, España se sitúa como líder en el consumo de somníferos (benzodiacepinas), cuyo abuso puede tener graves consecuencias sobre la salud. Es más, este problema ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, con una PNL para el abordaje de los trastornos de sueño.
Sin embargo, si volvemos a la cuestión del cambio horario, este cambio encuentra un poderoso enemigo: la hostelería, que contra argumenta con el perjuicio económico que supondría tener menos horas de sol por la tarde, por no citar el negocio de la industria farmacéutica con el “mal dormir”. Siempre produce tristeza el negocio a costa de algo tan básico como la salud (lo hemos vivido ya con las mascarillas durante la pandemia del Covid-19) y más cuando supone un problema rutinario como es el caso de los hipnóticos y sedantes para muchas personas.
Con la discusión sobre la efectividad del cambio de hora, una propuesta discutida iría encaminada a mantener siempre la franja horaria de invierno lo que aproximaría el horario al horario solar durante los meses de verano y solucionaría parte del problema (o al menos, temporalmente en verano).
No obstante, el último barómetro del CIS indicó que el 70% de los españoles preferían mantener el horario de verano. En cuanto a los horarios laborales, parece normal que el horario de verano (en el que anochece después) sea preferido para tener tiempo libre con luz solar después del trabajo. Quizás ahí el problema sea más bien el de las largas jornadas laborales en las que se sale tarde del trabajo y se quiera tener luz a última hora: el problema se retroalimenta sin ir a la raíz del mismo. Aunque no se trate de una cuestión de “crear tiempo”, simplemente se intenta ajustar nuestras actividades al ciclo solar para aprovechar al máximo la luz del día. Parece lógico que adoptar siempre el horario de verano no tendría ningún sentido: esto generaría que en las partes más occidentales del país amanecería pasadas las 10:00 AM en invierno.
Personalmente creo que para votar sobre semejante tema es necesario estar bien informado antes. Todos los argumentos científicos resaltan la importancia de que el medio día temporal esté ajustado al medio día solar cosa que, claramente, no ocurre en España. No es que “Spain is different” sino que nosotros mismo la hemos hecho “different”. Si estamos de acuerdo con nuestras peculiaridades no queda otra que aceptar lo que tenemos y celebrar nuestras diferencias, quizás esto es lo que nos hace especiales a ojos del extranjero. Está claro que la alegría que se vive en España es debido a su horario: la luz y el clima es el responsable de prolongar la vida hasta altas horas de la noche. Puede que en el fondo sigamos en el huso horario actual principalmente por motivos económicos. Mantenemos a los “tabernarios” o a la hostelería contenta y a los turistas motivados mientras nosotros vivimos en un verdadero sueño bipolar, desde la movida eufórica del fin de semana hasta la dura realidad del lunes por la mañana. Sin embargo, si nos ciñéramos a la opinión de los expertos quizás dormiríamos mejor, consumiríamos menos fármacos, nos levantaríamos con más energía y tendríamos horarios más racionales. ¿Qué piensas tú sobre este tema?
Hoy es el solsticio de verano, el día más largo del año, aunque para nosotros españoles casi todos nuestros días suelen ser más bien largos (en comparación con nuestros vecinos europeos) debido a la franja horaria que ocupamos con respecto a nuestra longitud geográfica. Por ello me parece interesante hacer unas reflexiones sobre este tema.
¿Cuántas veces al viajar no nos llaman la atención los horarios de los países que visitamos? ¿Cuántas veces no nos ha parecido extraño tener que adaptarse a unos horarios que no acabamos de entender? El “horario español” es el tópico recurrente de todos los viajeros extranjeros que visitan nuestro país. De hecho, gran parte de los mortales no comprenden los extraños horarios de nuestro país. Sea en el ámbito alimentario (con comidas pasadas las 15:00 o cenas a las 22:00); en el laboral (con jornadas interminables que se extienden hasta la noche, muy lejos del 09:00-17:00h europeo); o en el comercial (con locales comerciales abiertos hasta las 22:00 o restaurantes que prolongan su actividad de madrugada), España es una anomalía en comparación con nuestros vecinos europeos.
Todo ello lleva a que, unido a nuestros rasgos culturales, el español o la española sea un ser de curiosos hábitos. Con respecto a la mayoría de nuestros vecinos europeos (excluyendo a nuestros compañeros mediterráneos) los españoles nos hacemos rápidamente notar. Somos personas vivas, despiertas, alegres, ruidosas y quizás algo escandalosas. La esencia mediterránea, y en particular, la española, es única.
Aunque todos estos hábitos o formas de ser pudieran parecer extraños, toda valoración es relativa al marco de refeencia desde el que se analiza. Para no caer en la subjetivididad todas estas peculiaridades deben analizarse teniendo en cuenta muchos más factores externos que la simple acusación personal que lleva a la emisión un juicio de valor erróneo y así al nacimiento del esteriotipo. Por ello es necesario comprender el porqué de las cosas para saber dar razonados argumentos a nuestros comportamientos.
Con respecto al tema del peculiar “horario español” se pueden distinguir entre varios factores que lo originan, entre ellos los geográficos y político-administrativos. Entre los factores geográficos destaca el hecho de que en nuestro país el medio día solar (momento en el que el sol está en el punto más alto del cielo) va adelantado con respecto al medio día temporal (12:00h). Con el cambio de hora a la de verano, este desfase es de más de dos horas.
El ejemplo más extremo ocurre con Galicia en el que no se explica cómo puede tener la misma hora que Varsovia a pesar de situarse a más de 3.000km de distancia; o la sitaución paradójica en la que tiene un horario distinto a Portugal a pesar de estar justo encima.
Con respecto a esto, cito el comentario que hace el geógrafo Jaume Font Garolera:
Por ello, el huso horario que le debería corresponder a España realmente es el de Portugal, Reino Unido y las Islas Canarias. Sin embargo, en el 1940 el gobierno de Franco decidió adaptar el horario de los países centroeuropeos (políticamente más afines como Alemania o Italia). Curiosamente en la misma orden citaba en su artículo 5 que “oportunamente se señalará la fecha en que haya de restablecerse la hora normal”, algo que hasta ahora no ha ocurrido.
Todos estos factores, unido a la peculiadirad de nuestro clima de verano seco y caluroso en la mayor parte del país, hace que nuestros horarios sean tan tardíos con respecto a nuestros vecinos europeos. En este aspecto destacan los intentos de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles por intentar solucionar la “anomalía” en los horarios españoles.
Por lo general, existe consenso de que volver a la franja horaria que le corresponde a España traería sólo beneficios, entre ellos: una finalización más temprana de la jornada laboral, mejores horas de sueño y mayor facilidad para despertarse por las mañanas.
Los problemas derivados de situarse en el huso horario incorrecto podrían tener relación con los trastornos de sueño y consumo de medicamentos. Los datos lo corroboran. Según la última encuesta de la Sociedad Española de Sueño (SES), más de la mitad de los españoles no duerme bien. Además, España se sitúa como líder en el consumo de somníferos (benzodiacepinas), cuyo abuso puede tener graves consecuencias sobre la salud. Es más, este problema ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, con una PNL para el abordaje de los trastornos de sueño.
Sin embargo, si volvemos a la cuestión del cambio horario, este cambio encuentra un poderoso enemigo: la hostelería, que contra argumenta con el perjuicio económico que supondría tener menos horas de sol por la tarde, por no citar el negocio de la industria farmacéutica con el “mal dormir”. Siempre produce tristeza el negocio a costa de algo tan básico como la salud (lo hemos vivido ya con las mascarillas durante la pandemia del Covid-19) y más cuando supone un problema rutinario como es el caso de los hipnóticos y sedantes para muchas personas.
Con la discusión sobre la efectividad del cambio de hora, una propuesta discutida iría encaminada a mantener siempre la franja horaria de invierno lo que aproximaría el horario al horario solar durante los meses de verano y solucionaría parte del problema (o al menos, temporalmente en verano).
No obstante, el último barómetro del CIS indicó que el 70% de los españoles preferían mantener el horario de verano. En cuanto a los horarios laborales, parece normal que el horario de verano (en el que anochece después) sea preferido para tener tiempo libre con luz solar después del trabajo. Quizás ahí el problema sea más bien el de las largas jornadas laborales en las que se sale tarde del trabajo y se quiera tener luz a última hora: el problema se retroalimenta sin ir a la raíz del mismo. Aunque no se trate de una cuestión de “crear tiempo”, simplemente se intenta ajustar nuestras actividades al ciclo solar para aprovechar al máximo la luz del día. Parece lógico que adoptar siempre el horario de verano no tendría ningún sentido: esto generaría que en las partes más occidentales del país amanecería pasadas las 10:00 AM en invierno.
Personalmente creo que para votar sobre semejante tema es necesario estar bien informado antes. Todos los argumentos científicos resaltan la importancia de que el medio día temporal esté ajustado al medio día solar cosa que, claramente, no ocurre en España. No es que “Spain is different” sino que nosotros mismo la hemos hecho “different”. Si estamos de acuerdo con nuestras peculiaridades no queda otra que aceptar lo que tenemos y celebrar nuestras diferencias, quizás esto es lo que nos hace especiales a ojos del extranjero. Está claro que la alegría que se vive en España es debido a su horario: la luz y el clima es el responsable de prolongar la vida hasta altas horas de la noche. Puede que en el fondo sigamos en el huso horario actual principalmente por motivos económicos. Mantenemos a los “tabernarios” o a la hostelería contenta y a los turistas motivados mientras nosotros vivimos en un verdadero sueño bipolar, desde la movida eufórica del fin de semana hasta la dura realidad del lunes por la mañana. Sin embargo, si nos ciñéramos a la opinión de los expertos quizás dormiríamos mejor, consumiríamos menos fármacos, nos levantaríamos con más energía y tendríamos horarios más racionales. ¿Qué piensas tú sobre este tema?