El pasado 26 de Julio de 2023 se produjo un golpe de estado en Níger por parte de los soldados de la guardia presidencial, los cuales retuvieron al Presidente Mohamed Bazoum en el palacio presidencial.
El Sahel ha sido asolado durante los últimos años por la inestabilidad política y golpes de Estado. La zona ha sido protagonista de episodios de extremismo religioso.
Los países de esta región son muy vulnerables como consecuencia de múltiples factores entre ellos destaca el hecho que imperios coloniales francés y británico no fomentaron ningún tipo de desarrollo e inversión en sus colonias. Dichos imperios fueron de carácter extractivo, focalizados en la explotación de los recursos de sus colonias, a diferencia de otros que no tuvieron actitudes parasitarias sobre sus expansiones territoriales, como ejemplo citamos al español.
Otros factores de gran relevancia a considerar son la corrupción y distintos golpes de estados que han padecido estos países en su periodo postcolonial. En este periodo las figuras autocráticas, de carácter bananero, explotaron a la nación, generando grandes hambrunas en sus países. Además, debemos recordar que en muchos casos eran apoyados por distintas potencias del momento, como la misma Francia, Estados Unidos, la Unión Soviética, por citar algunas.
El crecimiento de estos grupos llevó a los países de la región, que son bastante débiles, a pedir ayuda a sus antiguos colonizadores, Reino Unido, y especialmente Francia. De este modo, estos añejos conquistadores que no dejaron de ser parte de su esfera de influencia pese al proceso de descolonización, desplegarían sus tropas en distintas bases militares que se establecerían en sus excolonias.
Tanto Francia, Estados Unidos, o la ONU fomentaron estas actividades con el objetivo de proporcionar seguridad a estos Estados, que bastantes han llegado a catalogar de títeres, y así hacer frente a la amenaza yihadista.
Níger que ha sido un país estratégico por su materia prima: uranio, y bastión de los intereses franceses y occidentales frente al terrorismo yihadista, ha sido producto de la desestabilización de Libia, en la que muchos combatientes se radicalizaron, y se expandieron al sur donde existe una grave situación de pobreza y hambrunas haciéndose idóneo para que estos grupos gocen de un amplio mercado en el que reclutar soldados para la guerra santa.
La actividad yihadista no ha cesado hasta la fecha y Níger es un país con grandes dificultades como consecuencia de su tamaño, la porosidad de sus fronteras, y el escaso desarrollo socio-económico del país, dado que al menos 2/5 de sus ciudadanos están viviendo bajo el umbral de la pobreza extrema.
Los fracasos de occidente en la región y el hecho de que los regímenes imperantes, alineados a los intereses occidentales, hayan sido ineficientes y corruptos han generado que emerja un sentimiento antioccidental y antifrancés en buena parte de la región, hecho que ha sabido capitalizar la Federación Rusa.
A partir de 2021 se han producido varios golpes militares auspiciados por simpatizantes de la Federación Rusa, tanto en países como Guinea, Mali, o Burkina Faso, por citar algunos. De hecho, se ha llegado a avistar en aquellos lares al Grupo Wagner, grupo de mercenarios pro-ruso, apoyando a estos nuevos regímenes. Llevándonos a la situación actual en Níger en la que el golpe ha sido exitoso y fue apoyado por buena parte de la población que se manifestaba en las calles portando banderas rusas.
La junta militar liderada por Omar Tchiani justificó el golpe en la corrupción del antiguo gobierno al que ha tildado de “títere occidental”. Ello sumado a la crisis económica, y la falta de seguridad en las que estaba sumido el país.
Una de las primeras medidas que ha tomado Tchiani es prohibir la exportación de oro y uranio a Francia. Como consecuencia de ella, Francia ha suspendido la ayuda humanitaria a Níger, y EEUU ha amenazado con hacer lo mismo. Estos sistemas de ayuda humanitaria indudablemente son un método para mantener la dependencia de Níger y propiciar un país fuertemente dependiente de las ayudas humanitarias, necesarias para la concreción del desempeño económico del citado estado.
La suspensión de la ayuda humanitaria como represalia ante decisiones soberanas de naciones en dificultades resalta la disposición de Francia para usar la ayuda como una herramienta política y su falta de compromiso genuino con el bienestar de las poblaciones vulnerables.
El ECOWAS, organización regional, liderada por Nigeria, que promueve la integración económica de la región para lograr una mayor interdependencia de los estados de la región, ha exigido que se restituya al Presidente Bazoum en un plazo de una semana, que finalizaría este domingo 6 de agosto. Esto es así dado que el ECOWAS tiene un protocolo de mutua asistencia en materias de defensa y consideran a Bazoum como el líder legitimo. Del mismo modo, el ECOWAS de la mano de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental, han impuesto una serie de diez sanciones que asfixian a Níger. Este viernes los jefes militares del ECOWAS han acordado un plan en caso del consentimiento de la intervención por parte de los Jefes de Estado de los Estados que conforman el ECOWAS. Como consecuencia, Mali y Burkina Faso, estados miembros del ECOWAS, han afirmado que entrarán en guerra si Níger es atacado, apoyando así a Tchiani.
La situación se presenta incierta, aunque apunta a que Tchiani y la junta militar se mantendrán con el poder en Níger. La eventualidad de una operación militar en Níger es posible, supondría una gran crisis humanitaria y económica que afectaría tanto a la región como al continente europeo. Además del incremento del drama humanitario acrecentando significativamente la crisis migratoria del África subsahariana.
Cuanto menos, resulta irónico que Francia, que afirma ser un Estado democrático, liberal, pro-derechos humanos y plural, haya hecho uso de su posición como Estado miembro permanente dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, vetando el uso de la MINURSO (Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental) para incluir la vigilancia de los derechos humanos. Todo ello con la repercusión que conlleva en favor del Reino de Marruecos.
Para aquel que desconozca el Sahara Occidental y su situación, es un territorio, situado en la costa occidental africana, que perteneció a España hasta el año 1975. A nivel administrativo tenía el rango de provincia española. En este territorio se iba a celebrar un referéndum de autodeterminación, puesto que se encontraba en la lista de territorios a descolonizar de las Naciones Unidas, fue introducido en la citada lista por España en el año 63 como consecuencia de las presiones internacionales que recibía el país ibérico.
Sin embargo, en la década de los 70, el Reino de Marruecos hizo declaraciones ante la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas, más exactamente ante el Tribunal de las Naciones Unidas, de mayor rango en temas de competencia territorial y soberanía, en las que alegaba que el Sahara era un territorio con lazos históricos que le unían al Reino de Marruecos y, por tanto, este había de pertenecer a Marruecos.
La resolución de la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas fue contraria a los pedimentos de Marruecos. Lo que propició que el rey de Marruecos, Hassan II, hiciese una declaración anunciando que iba a tomar el Sahara Occidental. Lo que se concretó en una marcha militar, en la que instrumentalizaron a su propia población civil. Este suceso pasó a la historia como “La Marcha Verde”. Ello supuso el inicio de la ocupación ilícita del Sahara por la que se inició el enfrentamiento, que sigue hasta la fecha, entre Marruecos que ocupó, y el Frente Polisario (Frente de liberación nacional de la República Árabe Democrática Saharaui).
Marruecos logró ocupar parte del territorio del Sahara Occidental, mientras que España, potencia administradora hasta la fecha, de conformidad a la resolución de Naciones Unidas, se retiró del territorio. El motivo de esta acción por parte de España sigue sin saberse hasta la fecha.
Marruecos reclama el Sáhara Occidental como su territorio argumentando que ha sido así durante muchos siglos, aunque el Sáhara Occidental no tenía ningún vínculo con Marruecos ya que, en primer lugar, Marruecos es una construcción política postcolonial; en segundo lugar, la ocupación marroquí es ilegal ya que contraviene el Ius Cogens, que es la norma imperativa internacional. El Sáhara Occidental es un territorio no autónomo desde 1963, conforme a la Declaración sobre descolonización de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Francia y Marruecos le propinan al Frente Polisario el tratamiento de una presunta organización terrorista, y sostienen que supuestamente intimida a los que apoyan el plan de autonomía marroquí. Este tratamiento parece irónico, teniendo en cuenta que históricamente el Frente Polisario apoyó el plan a pesar de que los colonos marroquíes constituían al menos dos tercios de los 500.000 habitantes del Sáhara Occidental.
Parece que Marruecos podría tener la ambición de construir el Gran Marruecos, que se compondría de la unión de Ceuta, Melilla, el Sáhara Occidental, una gran parte del territorio de Argelia, el norte de Mali y toda Mauritania, bajo una entidad política marroquí. Marruecos teme a España ya que es la potencia administradora del Sahara Occidental, y es la potencia más proclive a acabar con los sueños expansionistas de Mohammed VI. De ahí que, por un lado, instrumentalice a los refugiados subsaharianos como herramienta política contra España, a la vez que cuenta con el apoyo de Francia que considera a Marruecos como uno de los hitos fundamentales y uno de los núcleos de France Afrique (los intereses geopolíticos de Francia en África).
Hay una cantidad significativa de pruebas que apoyan la afirmación relativa a que Francia está apoyando a Marruecos en su disputa sobre el Sáhara Occidental, como sus intereses en el Afrique francés que hemos descrito previamente. Tanto Francia como Marruecos temen la existencia de otro posible país hispano que hiciera al mundo hispano más influyente y poderoso, y plausiblemente un futuro bloque geopolítico.
Esto es especialmente relevante en el caso de Guinea Ecuatorial, país hispano, ubicado en la costa occidental de África Central, que cuenta con importantes reservas de petróleo y gas. Tras la independencia del país africano de España, se ha visto fuertemente distanciado del mundo hispano e influenciado por Francia, que en el pasado llegó a desarrollar planes de la partición del país entre Gabón y Camerún, no obstante en la actualidad se encuentra en el poder del país, Teodoro Obiang, un autócrata de los más represivos en la actualidad, quien está fuertemente apoyado por Francia puesto que ha ido francofonizando el país paulatinamente en los últimos cuarenta años. Otro claro ejemplo de que los franceses intentaron borrar la herencia hispana de otros países, sería el caso de México, que fue invadido por Francia, quien intentaba cambiar la identidad de México con el objetivo de expandir su área de influencia, no obstante fracasaron.
Una de las herramientas más significativas del control de Francia sobre sus antiguas colonias africanas es la moneda franco CFA, utilizada por 14 países africanos y vinculada al euro. Esta alianza otorga a Francia un importante control sobre las economías de estos países y le permite extraer recursos a menor coste. Un claro ejemplo es el acuerdo desproporcional entre Francia y Níger respecto al uranio de este último. Gracias a él obtienen el suministro necesario las centrales nucleares francesas. Nigeria ha intentado contrarrestar la influencia francesa en la región promoviendo sus propias iniciativas económicas y políticas regionales a través de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), también conocida como ECOWAS.
En el mismo sentido Argelia también es un gran contrapeso para la France Afrique, debido a sus tensas relaciones con la República Francesa. La entrada de otros actores en el juego como China y Rusia ha presionado a Francia para que se replantee su enfoque hacia este continente. El Presidente Macron ha promovido un reseteo en las relaciones entre Francia y África, haciendo hincapié en la necesidad de una asociación más igualitaria debido a que estas otras potencias están aumentando su influencia en el área de influencia de Francia.
En conclusión, el caso del Sahel y otros conflictos regionales resalta la preocupante hipocresía en las acciones diplomáticas y políticas de Francia. A pesar de su retórica sobre derechos humanos, democracia y estabilidad, sus acciones a lo largo de la historia demuestran una desconexión significativa entre sus declaraciones y su comportamiento real. La explotación colonial y el mantenimiento de relaciones asimétricas con sus excolonias han dejado una huella de desigualdad económica y dependencia, lo cual desafía la imagen de igualdad y cooperación que Francia quiere proyectar en el escenario internacional.
En última instancia, la hipocresía de Francia en su enfoque hacia el Sahel, y otras regiones afectadas, refleja una desconexión alarmante entre sus palabras y acciones. A medida que el mundo observa y evalúa la autenticidad de los compromisos internacionales y la cooperación global, es fundamental que las naciones aborden sus responsabilidades con coherencia y transparencia.
A medida que el mundo observa y evalúa la autenticidad de los compromisos internacionales y la cooperación global, es fundamental que las naciones aborden sus responsabilidades con coherencia y transparencia.
El pasado 26 de Julio de 2023 se produjo un golpe de estado en Níger por parte de los soldados de la guardia presidencial, los cuales retuvieron al Presidente Mohamed Bazoum en el palacio presidencial.
El Sahel ha sido asolado durante los últimos años por la inestabilidad política y golpes de Estado. La zona ha sido protagonista de episodios de extremismo religioso.
Los países de esta región son muy vulnerables como consecuencia de múltiples factores entre ellos destaca el hecho que imperios coloniales francés y británico no fomentaron ningún tipo de desarrollo e inversión en sus colonias. Dichos imperios fueron de carácter extractivo, focalizados en la explotación de los recursos de sus colonias, a diferencia de otros que no tuvieron actitudes parasitarias sobre sus expansiones territoriales, como ejemplo citamos al español.
Otros factores de gran relevancia a considerar son la corrupción y distintos golpes de estados que han padecido estos países en su periodo postcolonial. En este periodo las figuras autocráticas, de carácter bananero, explotaron a la nación, generando grandes hambrunas en sus países. Además, debemos recordar que en muchos casos eran apoyados por distintas potencias del momento, como la misma Francia, Estados Unidos, la Unión Soviética, por citar algunas.
El crecimiento de estos grupos llevó a los países de la región, que son bastante débiles, a pedir ayuda a sus antiguos colonizadores, Reino Unido, y especialmente Francia. De este modo, estos añejos conquistadores que no dejaron de ser parte de su esfera de influencia pese al proceso de descolonización, desplegarían sus tropas en distintas bases militares que se establecerían en sus excolonias.
Tanto Francia, Estados Unidos, o la ONU fomentaron estas actividades con el objetivo de proporcionar seguridad a estos Estados, que bastantes han llegado a catalogar de títeres, y así hacer frente a la amenaza yihadista.
Níger que ha sido un país estratégico por su materia prima: uranio, y bastión de los intereses franceses y occidentales frente al terrorismo yihadista, ha sido producto de la desestabilización de Libia, en la que muchos combatientes se radicalizaron, y se expandieron al sur donde existe una grave situación de pobreza y hambrunas haciéndose idóneo para que estos grupos gocen de un amplio mercado en el que reclutar soldados para la guerra santa.
La actividad yihadista no ha cesado hasta la fecha y Níger es un país con grandes dificultades como consecuencia de su tamaño, la porosidad de sus fronteras, y el escaso desarrollo socio-económico del país, dado que al menos 2/5 de sus ciudadanos están viviendo bajo el umbral de la pobreza extrema.
Los fracasos de occidente en la región y el hecho de que los regímenes imperantes, alineados a los intereses occidentales, hayan sido ineficientes y corruptos han generado que emerja un sentimiento antioccidental y antifrancés en buena parte de la región, hecho que ha sabido capitalizar la Federación Rusa.
A partir de 2021 se han producido varios golpes militares auspiciados por simpatizantes de la Federación Rusa, tanto en países como Guinea, Mali, o Burkina Faso, por citar algunos. De hecho, se ha llegado a avistar en aquellos lares al Grupo Wagner, grupo de mercenarios pro-ruso, apoyando a estos nuevos regímenes. Llevándonos a la situación actual en Níger en la que el golpe ha sido exitoso y fue apoyado por buena parte de la población que se manifestaba en las calles portando banderas rusas.
La junta militar liderada por Omar Tchiani justificó el golpe en la corrupción del antiguo gobierno al que ha tildado de “títere occidental”. Ello sumado a la crisis económica, y la falta de seguridad en las que estaba sumido el país.
Una de las primeras medidas que ha tomado Tchiani es prohibir la exportación de oro y uranio a Francia. Como consecuencia de ella, Francia ha suspendido la ayuda humanitaria a Níger, y EEUU ha amenazado con hacer lo mismo. Estos sistemas de ayuda humanitaria indudablemente son un método para mantener la dependencia de Níger y propiciar un país fuertemente dependiente de las ayudas humanitarias, necesarias para la concreción del desempeño económico del citado estado.
La suspensión de la ayuda humanitaria como represalia ante decisiones soberanas de naciones en dificultades resalta la disposición de Francia para usar la ayuda como una herramienta política y su falta de compromiso genuino con el bienestar de las poblaciones vulnerables.
El ECOWAS, organización regional, liderada por Nigeria, que promueve la integración económica de la región para lograr una mayor interdependencia de los estados de la región, ha exigido que se restituya al Presidente Bazoum en un plazo de una semana, que finalizaría este domingo 6 de agosto. Esto es así dado que el ECOWAS tiene un protocolo de mutua asistencia en materias de defensa y consideran a Bazoum como el líder legitimo. Del mismo modo, el ECOWAS de la mano de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental, han impuesto una serie de diez sanciones que asfixian a Níger. Este viernes los jefes militares del ECOWAS han acordado un plan en caso del consentimiento de la intervención por parte de los Jefes de Estado de los Estados que conforman el ECOWAS. Como consecuencia, Mali y Burkina Faso, estados miembros del ECOWAS, han afirmado que entrarán en guerra si Níger es atacado, apoyando así a Tchiani.
La situación se presenta incierta, aunque apunta a que Tchiani y la junta militar se mantendrán con el poder en Níger. La eventualidad de una operación militar en Níger es posible, supondría una gran crisis humanitaria y económica que afectaría tanto a la región como al continente europeo. Además del incremento del drama humanitario acrecentando significativamente la crisis migratoria del África subsahariana.
Cuanto menos, resulta irónico que Francia, que afirma ser un Estado democrático, liberal, pro-derechos humanos y plural, haya hecho uso de su posición como Estado miembro permanente dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, vetando el uso de la MINURSO (Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental) para incluir la vigilancia de los derechos humanos. Todo ello con la repercusión que conlleva en favor del Reino de Marruecos.
Para aquel que desconozca el Sahara Occidental y su situación, es un territorio, situado en la costa occidental africana, que perteneció a España hasta el año 1975. A nivel administrativo tenía el rango de provincia española. En este territorio se iba a celebrar un referéndum de autodeterminación, puesto que se encontraba en la lista de territorios a descolonizar de las Naciones Unidas, fue introducido en la citada lista por España en el año 63 como consecuencia de las presiones internacionales que recibía el país ibérico.
Sin embargo, en la década de los 70, el Reino de Marruecos hizo declaraciones ante la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas, más exactamente ante el Tribunal de las Naciones Unidas, de mayor rango en temas de competencia territorial y soberanía, en las que alegaba que el Sahara era un territorio con lazos históricos que le unían al Reino de Marruecos y, por tanto, este había de pertenecer a Marruecos.
La resolución de la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas fue contraria a los pedimentos de Marruecos. Lo que propició que el rey de Marruecos, Hassan II, hiciese una declaración anunciando que iba a tomar el Sahara Occidental. Lo que se concretó en una marcha militar, en la que instrumentalizaron a su propia población civil. Este suceso pasó a la historia como “La Marcha Verde”. Ello supuso el inicio de la ocupación ilícita del Sahara por la que se inició el enfrentamiento, que sigue hasta la fecha, entre Marruecos que ocupó, y el Frente Polisario (Frente de liberación nacional de la República Árabe Democrática Saharaui).
Marruecos logró ocupar parte del territorio del Sahara Occidental, mientras que España, potencia administradora hasta la fecha, de conformidad a la resolución de Naciones Unidas, se retiró del territorio. El motivo de esta acción por parte de España sigue sin saberse hasta la fecha.
Marruecos reclama el Sáhara Occidental como su territorio argumentando que ha sido así durante muchos siglos, aunque el Sáhara Occidental no tenía ningún vínculo con Marruecos ya que, en primer lugar, Marruecos es una construcción política postcolonial; en segundo lugar, la ocupación marroquí es ilegal ya que contraviene el Ius Cogens, que es la norma imperativa internacional. El Sáhara Occidental es un territorio no autónomo desde 1963, conforme a la Declaración sobre descolonización de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Francia y Marruecos le propinan al Frente Polisario el tratamiento de una presunta organización terrorista, y sostienen que supuestamente intimida a los que apoyan el plan de autonomía marroquí. Este tratamiento parece irónico, teniendo en cuenta que históricamente el Frente Polisario apoyó el plan a pesar de que los colonos marroquíes constituían al menos dos tercios de los 500.000 habitantes del Sáhara Occidental.
Parece que Marruecos podría tener la ambición de construir el Gran Marruecos, que se compondría de la unión de Ceuta, Melilla, el Sáhara Occidental, una gran parte del territorio de Argelia, el norte de Mali y toda Mauritania, bajo una entidad política marroquí. Marruecos teme a España ya que es la potencia administradora del Sahara Occidental, y es la potencia más proclive a acabar con los sueños expansionistas de Mohammed VI. De ahí que, por un lado, instrumentalice a los refugiados subsaharianos como herramienta política contra España, a la vez que cuenta con el apoyo de Francia que considera a Marruecos como uno de los hitos fundamentales y uno de los núcleos de France Afrique (los intereses geopolíticos de Francia en África).
Hay una cantidad significativa de pruebas que apoyan la afirmación relativa a que Francia está apoyando a Marruecos en su disputa sobre el Sáhara Occidental, como sus intereses en el Afrique francés que hemos descrito previamente. Tanto Francia como Marruecos temen la existencia de otro posible país hispano que hiciera al mundo hispano más influyente y poderoso, y plausiblemente un futuro bloque geopolítico.
Esto es especialmente relevante en el caso de Guinea Ecuatorial, país hispano, ubicado en la costa occidental de África Central, que cuenta con importantes reservas de petróleo y gas. Tras la independencia del país africano de España, se ha visto fuertemente distanciado del mundo hispano e influenciado por Francia, que en el pasado llegó a desarrollar planes de la partición del país entre Gabón y Camerún, no obstante en la actualidad se encuentra en el poder del país, Teodoro Obiang, un autócrata de los más represivos en la actualidad, quien está fuertemente apoyado por Francia puesto que ha ido francofonizando el país paulatinamente en los últimos cuarenta años. Otro claro ejemplo de que los franceses intentaron borrar la herencia hispana de otros países, sería el caso de México, que fue invadido por Francia, quien intentaba cambiar la identidad de México con el objetivo de expandir su área de influencia, no obstante fracasaron.
Una de las herramientas más significativas del control de Francia sobre sus antiguas colonias africanas es la moneda franco CFA, utilizada por 14 países africanos y vinculada al euro. Esta alianza otorga a Francia un importante control sobre las economías de estos países y le permite extraer recursos a menor coste. Un claro ejemplo es el acuerdo desproporcional entre Francia y Níger respecto al uranio de este último. Gracias a él obtienen el suministro necesario las centrales nucleares francesas. Nigeria ha intentado contrarrestar la influencia francesa en la región promoviendo sus propias iniciativas económicas y políticas regionales a través de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), también conocida como ECOWAS.
En el mismo sentido Argelia también es un gran contrapeso para la France Afrique, debido a sus tensas relaciones con la República Francesa. La entrada de otros actores en el juego como China y Rusia ha presionado a Francia para que se replantee su enfoque hacia este continente. El Presidente Macron ha promovido un reseteo en las relaciones entre Francia y África, haciendo hincapié en la necesidad de una asociación más igualitaria debido a que estas otras potencias están aumentando su influencia en el área de influencia de Francia.
En conclusión, el caso del Sahel y otros conflictos regionales resalta la preocupante hipocresía en las acciones diplomáticas y políticas de Francia. A pesar de su retórica sobre derechos humanos, democracia y estabilidad, sus acciones a lo largo de la historia demuestran una desconexión significativa entre sus declaraciones y su comportamiento real. La explotación colonial y el mantenimiento de relaciones asimétricas con sus excolonias han dejado una huella de desigualdad económica y dependencia, lo cual desafía la imagen de igualdad y cooperación que Francia quiere proyectar en el escenario internacional.
En última instancia, la hipocresía de Francia en su enfoque hacia el Sahel, y otras regiones afectadas, refleja una desconexión alarmante entre sus palabras y acciones. A medida que el mundo observa y evalúa la autenticidad de los compromisos internacionales y la cooperación global, es fundamental que las naciones aborden sus responsabilidades con coherencia y transparencia.