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    Carry Trade y Endeudamiento: Dinámicas Globales Bajo la Influencia de las Políticas Monetarias en EE.UU. y Japón.

    Si Estados Unidos se constipa, el mundo sufre una pulmonía

    El carry trade es una estrategia financiera que ha estado recientemente en el centro de atención, especialmente en relación con el yen japonés (JPY).

    Como objetivo principal de este artículo se encuentra el análisis de la actualidad del carry trade, su innegable correlación con el endeudamiento global y específicamente el estadounidense, y el impacto que tiene la subida de tipos de interés de Japón sobre este.

    Para alcanzar este objetivo, en primer lugar se establece un marco teórico sobre el carry trade para conocer su funcionamiento. Posteriormente se examina su estado actual, seguido de una exploración de su relación con el endeudamiento estadounidense y el efecto de las políticas monetarias japonesas. Para concluir, se presentan las perspectivas futuras.

    Conceptos Fundamentales

    En un carry trade, los inversores toman prestada una moneda con tasas de interés muy bajas (como es el yen japonés) para invertir en otras divisas o activos que ofrecen rendimientos considerablemente más altos.

    Por ejemplo, un inversor podría pedir prestado JPY a tasas bajas y usarlo para comprar USD o bonos del Tesoro de EE. UU. que ofrecen mayores rendimientos.

    El carry trade nace en 1999, después de la burbuja de precios de activos, cuando Japón redujo sus tasas de interés a casi cero. Los inversores japoneses buscaron mejores rendimientos en mercados extranjeros, convirtiendo a Japón en la nación acreedora más grande del mundo.

    El carry trade tal como lo conocemos hoy comenzó en 2013 bajo el programa de flexibilización cuantitativa y cualitativa del Primer Ministro Shinzo Abe. Esto coincidió con tasas crecientes en EE. UU. y una depreciación del yen.

    Relación entre el Carry Trade y el Endeudamiento Global 

    El carry trade influye en el endeudamiento global a través de varios mecanismos de transmisión, siendo uno de los principales el efecto que tiene sobre los flujos de capital entre países. Cuando los inversores piden prestada una moneda de bajo interés para invertir en activos de países con tasas más altas, provocan una apreciación de las monedas de destino y una depreciación de la moneda de origen. Esto lleva a una mayor demanda de bonos y otros instrumentos de deuda en los países receptores, ya que los rendimientos relativos son más atractivos.

    Como resultado de esto, los gobiernos y empresas en estas economías acceden a financiamiento a tasas más bajas, lo que posibilita e incentiva un mayor endeudamiento. Además, el carry trade puede incrementar la liquidez en los mercados financieros, facilitando aún más el acceso al crédito.

    Sin embargo, este proceso también crea vulnerabilidades, ya que un cambio repentino en las condiciones de mercado, como un aumento en la aversión al riesgo o una subida de tasas en los países de origen del capital, puede desencadenar una reversión de flujos y tensiones en los mercados de deuda.

    Relación entre el Carry Trade y el Endeudamiento Estadounidense

    Para entender la importancia del carry trade en la actualidad financiera global, y especialmente estadounidense, es esencial establecer un contexto de endeudamiento global estrechamente relacionado con los tipos de interés.

    Nace todo de un abandono del patrón oro en favor de un sistema fiduciario que tuvo consecuencias dañinas desde el punto de vista del endeudamiento, especialmente concentrado en países muy desarrollados. Estos se ven ante un crecimiento económico ralentizado en términos de tasa interanual y una dependencia excesiva de políticas monetarias y fiscales expansivas. Los bancos centrales se ven obligados a priorizar la estabilidad, incrementando las ayudas para reducir cualquier daño que pueda darse en los activos de riesgo.

    Esto lleva a un inevitable crecimiento del endeudamiento a nivel global, que a pesar de ser puesto en contraste con innegables periodos de crecimiento económico, supone un 330% sobre el PIB. 

    Este elevado endeudamiento en las principales economías desarrolladas pone en evidencia un deterioro estructural, trayendo bienestar futuro al presente que drena la capacidad de inversión a largo plazo con tipos de interés cada vez más elevados. 

    Estados Unidos es el perfecto ejemplo de esto, pues desde hace más de una década financia su crecimiento exclusivamente con deuda, transfiriendo riqueza del Estado a los ciudadanos y empresas.

    Teniendo una recaudación impositiva menor que el gasto del Estado, este se enfrenta a una limitación de sus recursos y de manera consecuente, su capacidad de crecimiento.

    Es sencillo entender cómo la situación actual del carry trade compromete a los Estados Unidos, que teniendo en 2008  cerca de 8 billones de dólares de deuda pública, alcanza ahora los 35 billones de dólares.

    De esta manera, Estados Unidos incurre gastos de más de 1 billón de dólares anuales solamente en el pago de intereses de su deuda, cada vez superior debido a la emisión constante de bonos y la obligación de emitirlos con un interés más elevado que los anteriores. Incluso con las estimaciones más conservadoras, se prevé que en 2026 los pagos de intereses serán la partida más grande del presupuesto anual de los EE. UU., superando incluso el gasto en Seguridad Social.

    Todo el esfuerzo económico realizado en el último lustro a través de envío de dinero a los buzones, programas ERTE, préstamos a tipos convenientes, líneas de financiación, exenciones fiscales, retrasos de pagos y demás, han permitido resultados históricos en los mercados, que parecían no reflejar la situación económica actual.

    Ha sido solo frente a la posible caída permanente del carry trade cuando los mercados han reflejado fielmente la realidad de la incertidumbre que viven.

    Subida de Tipos de Interés en Japón y su Impacto en el Carry Trade

    Esta caída en la bolsa nace de una reciente y fuerte apreciación del yen contra el dólar tras una pérdida del 60% frente a este desde 2021. La reciente subida de tipos de Japón y por lo tanto la revalorización de su divisa hace que la posición corta de yenes y larga de otras divisas esté resultando en fuertes pérdidas. De esta manera, la gran mayoría de los activos que han sido adquiridos con ese dinero prestado se desploman en valor.

    Consecuentemente, el elevado nivel de apalancamiento ya analizado dispara los margin calls, operación mediante la cual los brokers cierran posiciones si no se deposita más dinero en los activos, provocando más pérdidas y ventas en una reacción en cadena.

    Todo esto resulta en lo que hemos visto en las últimas semanas, comenzando con una fuerte caída del 2.3% en los mercados, la peor jornada de los últimos 17 meses; el índice Nikkei de Tokio sufrió su segunda mayor caída en 37 años, y el Ibex 35 cerró la semana con movimientos significativos que resultaron en una caída del 0.32%.

    Perspectivas Futuras

    El futuro financiero estadounidense enfrenta incertidumbre, sin una respuesta del coste exacto de financiar su deuda, dependiendo en buena medida de una inflación que no revierte hasta el ideal 2%, y por lo tanto, unos tipos de interés que no bajan del 2.5-3.0%, lejos del 0% de la última década.

    Adicionalmente, el movimiento antiglobalización reticente a la dependencia a terceros países en términos productivos dificulta también una disminución de la inflación.

    Por último, la situación geopolítica actual que dificulta el comercio internacional tampoco ayudará a controlar la inflación, viéndose agravada en los principales países productores de materias primas vitales como los cereales, el petróleo, y el gas.

    Conclusiones

    Frente a la posible nueva recesión de EE.UU encontramos diferentes efectos sobre la economía global. En primer lugar, la inflación dejaría de ser un problema puesto que una recesión está caracterizada por el desplome del consumo y por lo tanto de los precios. En segundo lugar, las expectativas de beneficios del mercado serían imposibles de cumplir, teniendo que ajustar drásticamente a la baja los múltiplos a los que cotiza la bolsa actualmente.

    La reciente reacción del mercado ante el desajuste de estas semanas pone en evidencia el nivel de apalancamiento global, y es que el mundo no se encuentra preparado para una fuerte desaceleración económica de EE.UU probablemente desencadenada por la caída del carry trade.

    Es aquí donde entra en juego la famosa frase de Agustín Carstens.

    “Si Estados Unidos se constipa, el mundo sufre una pulmonía”.

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